15 dic 2010


Astillero

Tres golpes desaforados

Michoacán, criminales gobiernan

2012: baraja nueva

2011: cosecha prelectoral




Julio Hernández López


El mismo día en que San Lázaro habría de desaforar a un emblemático diputado perredista, el comandante Calderón soltó tres golpes de coyuntura: descalificó totalmente al gobierno michoacano de Leonel Godoy, asumiendo que no es éste quien manda, sino el narcotráfico; anunció que para su relevo en 2012 él piensa en baraja nueva”, en cartas incluso ajenas al gabinete; y dijo tener la “intuición” de que el año previo a las elecciones, el venidero, podrá recoger “muchos de los frutos que se han venido sembrando en estos años”.

Operación Cocoa, viento en popa. Fuego legislativo selectivo contra un diputado, mientras el país hierve de gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales y funcionarios federales tocados por el poder del narcotráfico, pero a los cuales no se les encuentran indicios telefónicos oportunos. Hipocresía justiciera con dedicatoria a los comicios del año entrante en la entidad natal de la Familia Calderón Hinojosa, donde la hermana Luisa María impulsa su candidatura entre el fragor de la “guerra” contra los narcotraficantes locales. PRD pillado entre sus contradicciones y vergüenzas tan sabidas: primero ayudaron al medio hermano incómodo a entrar al recinto oficial de los diputados federales y luego acompañaron a Godoy a una toma de protesta que en ese momento parecía victoria productora de sonrisas; ahora aceleran el desafuero del antes protegido, para no ser víctimas de la campaña de suciedad que se ha enderezado contra el cardenismo-perredismo de aquella entidad.

Acusaciones sin precedente, de un usuario del poder presidencial contra un gobernador en funciones: “En el estado de Michoacán debe gobernar la autoridad civil electa y no deben gobernar los criminales, por muy cuates o por muy simpáticos o por muy generosos. No puede imperar la ley de un cártel en un estado, debe imperar la ley del estado de Michoacán, la ley federal, y eso es lo que estamos haciendo allá”. Ignorado por la administración federal en las operaciones militares contra La Familia, y con ello públicamente señalado como cómplice al que no se le puede confiar nada porque de inmediato daría la voz de alerta a los perseguidos, Leonel Godoy no debería permitir que la máxima voz del aparato federal hable así de él, de su gobierno. Pero el perredista parece tener una cola tan larga que no puede darse el lujo de tener la lengua suelta: apenas algunas protestas retóricas, superficiales, procesales, y, al menos en otras ocasiones, la sonrisa y la amabilidad ante el titular del poder ejecutante federal, tapetito negro y amarillo para el arribo de la oleada blanca y azul, sabor cocoa.

Es también de destacarse la insistencia reciente de Calderón en quitar fuerza a los esquemas tradicionales de postulación de candidatos presidenciales en el PAN. Ya antes había dicho que su partido podría proponer a un candidato ciudadano, y ahora desestima a los de por sí escuálidos personajes de segundo nivel que tratan de simular que tienen talla para ser aspirantes presidenciales (Cordero y Lujambio no crecen ni inflándolos; Vázquez Mota no goza del aprecio de la Casa Real ni de la corte bonsai; Creel nunca sería aceptado). Y es que el retorcido Felipe piensa en “baraja nueva”, y le confesó a Carlos Puig –de cuya entrevista con FC en XEW se han tomado las referencias utilizadas en esta columna–: “Yo por mí qué bueno que todavía no lo entiendan así (que habrá naipes todavía sin usar) y que piensan que ya están tiradas las cartas”. Cri cri cabalga de nuevo: allá en la fuente, había un crupier chiquito...

Otro dato interesante está en la “intuición” felipista de que en 2011 podría cosechar lo sembrado. Esas palabras fortalecen la hipótesis de quienes creen que la “guerra” contra el narcotráfico ha sido un problema intencionalmente creado por razones electorales, bajo la maquinación clásica de generar catástrofes de las que luego el propio promotor acabe disfrazándose de gran salvador. Si Calderón pretende albergar esperanzas de que su facción siga en el poder (y le blinde a él, su familia y su grupo de ejecutores, de las venganzas de cárteles que no podrían ser contenidos por una dotación ordinaria de militares asignados a un ex ocupante de Los Pinos), necesita “demostrar” en el tramo final de su sexenio, antes de las elecciones, que la muerte y el horror sembrados rinden algunos frutos más allá de lo macabro, sobre todo llevando a la cárcel a personajes centrales, uno de ellos largamente considerado como el gran protegido de los dos sexenios panistas, y estableciendo una “paz” negociada que los electores quieran conservar y que estaría en riesgo de romperse al menor contratiempo para ese felipismo de ansias y urgencias transexenales. 2011, el año de la cosecha previa a lo electoral (si es que ese equipo federal de tan malos resultados y peores características lograra llevar a buen puerto un plan tan complicado como sería éste).

Mientras, el Senado rechazó la terna enviada por Los Pinos para elegir nuevo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a causa del empecinamiento del lic. FC de imponer a Rosa Elvia Díaz de León. Aun cuando era evidente que la favorita de Felipe no pasaría, el PAN no quiso aceptar a Lilia Mónica López, que había obtenido el mayor número de votos a favor, aunque sin alcanzar la cifra calificada que para esos menesteres se requiere. Ahora, el empeñoso Felipe deberá enviar una nueva propuesta, en un plazo de 30 días.

Y, con la vista puesta en la evolución que muestra la violencia en Michoacán, ahora con bandas de encapuchados que asaltan bancos y negocios importantes, y con una irritación social creciente contra los abusos de policías, soldados y marinos, ¡hasta mañana, en esta columna que se entera de que el PAN apuntala a su carta a futuro para Oaxaca, Eufrosina Cruz, a la que ya instaló como presidenta de la mesa directiva del Congreso de aquella entidad y ahora le nombra coordinadora de asuntos indígenas del comité nacional blanco y azul!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




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