Sansores se va... pero deja advertencia
La diputada de Convergencia deja su curul para apoyar de lleno el movimiento de AMLO
Fidel Samaniego
El Universal
Jueves 02 de abril de 2009
fidel.samaniego@eluniversal.com.mx
Un fantasma, en tonos anaranjados, recorría ayer el Palacio Legislativo de San Lázaro. Evidente era el impacto que dejaron las duras acusaciones de Layda Sansores contra los panistas. Inevitable el malestar, pero también el nerviosismo entre los aludidos.
Así, en reunión con los integrantes de su grupo parlamentario, Héctor Larios aseguró que la legisladora de Convergencia mintió. Les ofreció sus datos, su versión. Alguien reclamó que el martes nadie del PAN hubiese ido a tribuna a responderle a ella. En voz baja, diversos legisladores expresaban que sí debería haber más transparencia en el manejo de los dineros.
Más tarde, Larios ofreció una conferencia de prensa. Repitió parte de lo dicho ante sus compañeros de partido. En esos momentos, en su oficina, con su vestido, collar, aretes y cabello en los que abundaba el color naranja, Layda Sansores sonreía. Había presentado ya la carta en la que anuncia que deja su curul para dedicarse plenamente al movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Tranquila, decía: “Cuando digo que los panistas roban, pero se persignan con agua bendita, cuando hablo de los gastos millonarios de Larios y que lavan dinero para destinarlo a fines electorales, es que tengo las pruebas”.
Sobre el que hasta ayer fue su escritorio, estaba una muy gruesa carpeta con más de 200 hojas. En ellas, nombres, cifras... el de un asesor que gana 128 mil pesos al mes. Hay más. También en el expediente, las que, aseguraba, son constancias de que como coordinador, Larios recibe 680 mil pesos al mes, más de lo que gasta la Mesa Directiva.
“Cuando él dice, como lo aseguró en la reunión su fracción, y luego ante la prensa que se le entregan a la Fundación Miguel Estrada 24 millones de pesos, y no 46 millones como yo denuncié en la tribuna, sólo expresa una media verdad. Yo hablé de lo que le dan en un año y él se refirió a un semestre. Pero, insisto, también es el comandante de la real fuerza área de San Lázaro, en la lista que yo tengo hay muchos nombres de supuestos asesores que nadie sabe donde están, aviadores, pues”, continuaba la hija de Carlos Sansores.
Después, cada quien a lo suyo. Héctor Larios fue al salón de sesiones y luego a su oficina. Layda Sansores continuó guardando sus documentos, entre ellos esa muy gruesa carpeta. Se daba tiempo para recibir a trabajadoras de limpieza que iban a despedirse y agradecerle lo que hizo por ellas. Se emocionaba ella, que tan dura fue en la tribuna tantas veces.
Ella se marchaba. Y un fantasma en tonos anaranjados seguía recorriendo San Lázaro.
La diputada de Convergencia deja su curul para apoyar de lleno el movimiento de AMLO
Fidel Samaniego
El Universal
Jueves 02 de abril de 2009
fidel.samaniego@eluniversal.com.mx
Un fantasma, en tonos anaranjados, recorría ayer el Palacio Legislativo de San Lázaro. Evidente era el impacto que dejaron las duras acusaciones de Layda Sansores contra los panistas. Inevitable el malestar, pero también el nerviosismo entre los aludidos.
Así, en reunión con los integrantes de su grupo parlamentario, Héctor Larios aseguró que la legisladora de Convergencia mintió. Les ofreció sus datos, su versión. Alguien reclamó que el martes nadie del PAN hubiese ido a tribuna a responderle a ella. En voz baja, diversos legisladores expresaban que sí debería haber más transparencia en el manejo de los dineros.
Más tarde, Larios ofreció una conferencia de prensa. Repitió parte de lo dicho ante sus compañeros de partido. En esos momentos, en su oficina, con su vestido, collar, aretes y cabello en los que abundaba el color naranja, Layda Sansores sonreía. Había presentado ya la carta en la que anuncia que deja su curul para dedicarse plenamente al movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Tranquila, decía: “Cuando digo que los panistas roban, pero se persignan con agua bendita, cuando hablo de los gastos millonarios de Larios y que lavan dinero para destinarlo a fines electorales, es que tengo las pruebas”.
Sobre el que hasta ayer fue su escritorio, estaba una muy gruesa carpeta con más de 200 hojas. En ellas, nombres, cifras... el de un asesor que gana 128 mil pesos al mes. Hay más. También en el expediente, las que, aseguraba, son constancias de que como coordinador, Larios recibe 680 mil pesos al mes, más de lo que gasta la Mesa Directiva.
“Cuando él dice, como lo aseguró en la reunión su fracción, y luego ante la prensa que se le entregan a la Fundación Miguel Estrada 24 millones de pesos, y no 46 millones como yo denuncié en la tribuna, sólo expresa una media verdad. Yo hablé de lo que le dan en un año y él se refirió a un semestre. Pero, insisto, también es el comandante de la real fuerza área de San Lázaro, en la lista que yo tengo hay muchos nombres de supuestos asesores que nadie sabe donde están, aviadores, pues”, continuaba la hija de Carlos Sansores.
Después, cada quien a lo suyo. Héctor Larios fue al salón de sesiones y luego a su oficina. Layda Sansores continuó guardando sus documentos, entre ellos esa muy gruesa carpeta. Se daba tiempo para recibir a trabajadoras de limpieza que iban a despedirse y agradecerle lo que hizo por ellas. Se emocionaba ella, que tan dura fue en la tribuna tantas veces.
Ella se marchaba. Y un fantasma en tonos anaranjados seguía recorriendo San Lázaro.
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