GANARON LAS TRASNACIONALES
Jenaro Villamil
Los debates sobre la reforma petrolera dejaron claro que en el país sí hay una oposición real que defiende la soberanía de los recursos energéticos, considera Manuel Bartlett en entrevista con Proceso. Decidido estudioso de la industria del petróleo, crítico de las iniciativas privatizadoras del presidente Calderón y del coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el exsenador priista y exsecretario de Gobernación lamenta que se hayan impuesto los intereses de las trasnacionales, empresas que se aprestan ya a firmar contratos para la explotación de crudo y gas en zonas como Chicontepec y en aguas profundas del Golfo de México.
Una primera conclusión de la reforma petrolera es que ganaron los intereses de las empresas trasnacionales", asegura el exsenador priista Manuel Bartlett, uno de los principales críticos en su partido de las iniciativas presentadas por Felipe Calderón y por el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
"Ahora ya está permitida la inversión extranjera en áreas que antes estaban reservadas sólo para Pemex, como la exploración y la producción de petróleo", sentencia.
E ironiza: "Tienen razón Calderón, Labastida, Beltrones, el PAN y Nueva Izquierda. Por supuesto que es la reforma más importante desde la expropiación petrolera de 1938, pero porque va para atrás. Es la desnacionalización del petróleo".
En entrevista con Proceso, dice que de la iniciativa enviada por el Ejecutivo federal el pasado 8 de abril que aprobaron recientemente las dos cámaras, sólo quedó el objetivo principal: "garantizar la apertura a la inversión extranjera; ceder la industria petrolera a las empresas trasnacionales. Por eso lo están celebrando".
Y sostiene que la iniciativa del PRI, presentada por Manlio Fabio Beltrones Rivera el 23 de julio, "iba en la misma dirección que la de Calderón: abrir el petróleo a la inversión extranjera, pero con algunas trampas, como fueron las empresas filiales que eran una manera indirecta para permitir que a través de éstas se abriera la producción y exploración a las empresas petroleras".
De ambas iniciativas quedó el modelo de los contratos, incorporado en el extenso título cuarto de la nueva Ley de Petróleos Mexicanos titulada Modalidades especiales de contratación.
Explica: "La gran victoria de los intereses trasnacionales ante los nacionales es haber establecido contratos de exploración y producción, cuando antes sólo eran contratos de servicio. La lucha desde 1938 fue siempre desnacionalizar a Pemex por la vía de los contratos".
-Pero Pemex siempre tuvo contratos con particulares -se le cuestiona.
-Sí, pero eran contratos para servicios, para mantenimiento. Estos son nuevos contratos de exploración y producción.
Protagonista durante los últimos ocho años de la batalla en contra de la apertura del sector eléctrico a la inversión privada y en contra de los contratos de servicios múltiples para la explotación del gas natural, el exsenador priista resalta que "los contratos en la cuenca de Burgos fueron un ensayo de lo que ahora ya lograron".
Bartlett va más allá. Advierte que el proyecto privatizador del sector energético se inició con la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica, aprobada en el sexenio de Carlos Salinas y que ha permitido que ahora 47% del servicio eléctrico sea privado, y siguió con la creación de las cuatro subsidiarias de Pemex, en 1992, y con los contratos de riesgo en Burgos, "disfrazados de contratos de servicios múltiples".
"Los promotores de la desnacionalización cerraron la pinza a través de tres cosas: tienen ahora territorio para explorar y perforar, algo que antes estaba prohibido; tienen contratos de privilegio que incluyen la concesión de bloques; y serán defendidos por tribunales internacionales. El Estado mexicano perdió lo que se llama dominio eminente sobre la explotación del petróleo", argumenta.
-Sin embargo, los impulsores de la reforma consideran un logro el que no haya contratos de riesgo ni contratos incentivados, como lo planteaban las iniciativas de Calderón y de Beltrones -se le inquiere.
-¡Es una mentira todo eso! La nomenclatura de los contratos es lo de menos. Ellos no están esperando que les paguemos con el petróleo, quieren llevarse el dinero. Además, en la reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos queda la posibilidad de la adjudicación directa en algunos de los contratos. Serán por cinco, 10, 20 y hasta 30 años.
Para respaldar su análisis, Bartlett cita las declaraciones recientes del analista Benjamín Torres Barrón, de la firma Baker & McKenzie, quien declaró al periódico Reforma el pasado 23 de octubre: "Incluso, si el Consejo de Administración quiere, puede llevar a cabo adjudicaciones directas para explorar o explotar el Golfo de México, y lo hará bajo una normativa que Pemex diseñará más adelante."
El propio director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles, afirmó el 30 de octubre, durante su intervención en el Foro Nacional de la Industria Química, que las primeras empresas trasnacionales que podrán iniciar trabajos de exploración son Statoil, Hydro y Petrobras. "Con estas compañías ya tenemos camino avanzado", declaró Reyes Heroles.
Pero según Bartlett, "el mismo sistema de contratos que meterán aquí lo están imponiendo en Irak. Estamos como ese país".
-Pero sin ocupación militar...
-¿Para qué? Si ya tienen a Calderón.
Mentiras mediáticas
Bartlett sostiene que la reciente propaganda difundida en medios electrónicos, en decenas de desplegados periodísticos financiados por el PAN, el PRI y hasta por la corriente perredista Nueva Izquierda, tiene como propósito negar que la reforma posea tintes privatizadores.
Sin embargo, afirma, en la iniciativa aprobada permanece la posibilidad de que el Consejo de Administración de Pemex cree empresas filiales; se mantiene la adjudicación directa; habrá intervención de tribunales internacionales; los tenedores de los bonos intervendrán en el manejo de la empresa, y se mantiene el esquema privatizador del nuevo Consejo de Administración de Pemex.
Insiste en que, contrariamente a lo difundido en la propaganda reciente, en la fracción XI del artículo 19 de la Ley de Petróleos Mexicanos se autoriza al Consejo de Administración "aprobar a solicitud del director general la constitución de empresas filiales bajo control de Pemex o de sus organismos subsidiarios, consideradas entidades paraestatales, así como los demás actos previstos en el artículo 32 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales, sin sujetarse para esos efectos al procedimiento de creación y extinción de las mismas, previstas en dicha ley y su reglamento".
En el artículo 54 de la misma ley se abre la posibilidad de que "cuando, por excepción, las licitaciones públicas no sean idóneas para asegurar las mejores condiciones mencionadas, las contrataciones podrán llevarse a cabo por medio de procedimientos de invitación restringida o adjudicación directa".
También se abre la posibilidad de arbitraje de tribunales internacionales en los contratos de Pemex. En el artículo 72 se ordena, por ejemplo, que, tratándose de actos jurídicos de carácter internacional, "Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán convenir la aplicación del derecho extranjero, la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles y celebrar acuerdos de arbitraje cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objetivo".
Bartlett aclara que el organismo que defiende los intereses de las empresas contratistas extranjeras es la Agencia Internacional del Petróleo, con sede en París.
La propuesta de los bonos ciudadanos, de la iniciativa original de Calderón, se mantuvo; el artículo 34 establece que el comisario designado por el Ejecutivo federal tendrá, entre sus funciones, "representar los intereses de los tenedores de títulos a que se refiere el artículo 47 de esta ley y, en consecuencia, tendrá a su cargo la compilación y difusión oportuna de información veraz y suficiente, sobre el estado general que guarde el organismo".
Para Bartlett este ordenamiento permitirá a los poseedores de bonos tener cierto control sobre la información y el manejo de la paraestatal.
"Subsiste la privatización del Consejo de Administración de Pemex. Habrá cuatro nuevos consejeros independientes con una inamovilidad prolongada. La figura de los 'consejeros profesionales' es tomar la esencia de la propuesta de Calderón. Lo que vemos venir es el cogobierno en Pemex con las empresas trasnacionales", advierte.
-¿Es grave que se mantengan los cinco lugares del sindicato de Pemex en el Consejo de Administración, que estará conformado por 15 integrantes?
-Me parece que la lucha por sacar al sindicato es muy importante, pero, al final de cuentas, esos cinco asientos estarán en minoría. Lo importante es quién tiene la mayoría. La tendrá el Ejecutivo federal: él tendrá 10 lugares a su favor (seis secretarios de Estado y cuatro "consejeros profesionales"). Es la privatización del Consejo de Administración.
"La privatización de Petrobras se logró así: el director del Consejo de Administración, con ayuda de los consejeros profesionales, hizo lo que quiso: vendió acciones. Ahora, 60% de la propiedad de la empresa brasileña está en la bolsa de valores de Nueva York."
-Hay quienes argumentan que todo esto no es privatizar, sino lograr la autonomía de gestión de la empresa -se le comenta al entrevistado.
-Privatizar es trasladar funciones del sector público al sector privado. En el momento en que se firman contratos con empresas para explorar y perforar estás privatizando estas actividades. ¿Cómo va a recuperar Pemex su capacidad de operación si todo se va a contratar con privados?
-¿Qué se logró, entonces, para modificar la iniciativa de Calderón?
-De la iniciativa de Calderón no quedó lo de refinación, transporte y ductos a favor de los privados. ¿Quién los cambió? Los cambió la iniciativa de Beltrones. Él cambia esos puntos de la iniciativa de Calderón, inventa la figura de las filiales. Luego, en la última negociación, quitan la figura de las filiales, pero quedan los contratos.
Los logros del FAP
El reportero le pregunta a Bartlett cuáles fueron, entonces, los logros del Frente Amplio Progresista (FAP) y qué significado tiene la movilización en defensa del petróleo encabezada por López Obrador.
-Lo que se ha ganado es mantener viva la conciencia nacionalista. El que haya un movimiento popular en defensa del petróleo en todo el país no es poca cosa. La presión de ese movimiento es lo que ha marcado la diferencia.
"En abril, ellos (Calderón y los seguidores de Beltrones) iban al fast track y no pudieron por la toma de tribunas y la movilización (del FAP). Tuvieron que aprobar los debates en el Senado. En éstos perdió la iniciativa de Calderón. Luego, al presentarse la iniciativa de Beltrones también estaba el movimiento detrás. El problema en esta última etapa fue la negociación a puerta cerrada que establecieron Los Chuchos o Nueva Izquierda con Calderón."
-¿Esta negociación no permitió aminorar los efectos privatizadores?
-Fue avasalladora la voluntad privatizadora de Felipe Calderón. Sería una ingenuidad pensar que tanto él como Beltrones iban a cambiar de posición. No se puede discutir en la lógica de las iniciativas privatizadoras.
"La izquierda que se opuso fue una minoría legislativa, pero lograron hacer sentir que existe una oposición real, nacionalista".
-¿Qué opina de esta campaña reciente de criticar por intolerante la posición de López Obrador?
-Quienes se molestan por el movimiento de López Obrador son los que ven cómo en Francia los sindicalistas han defendido la industria eléctrica, cómo se han manifestado contra la privatización de los ferrocarriles. Allá han salido a las calles, han paralizado el país.
"Llevo ocho años en esto, conozco bien las presiones y las ambiciones existentes. Querían llegar a esto y lo lograron, pero hay que reconocer que existe una fuerza atrás que es el pueblo consciente. Es muy importante que exista una oposición real.
"Por eso tuvieron que aceptar la presencia de Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados, porque él representa una fuerza real, de oposición. Sus detractores tuvieron que tragar sapos y dejar que estuviera ahí porque representa a una oposición."
-¿Qué opina de la posición de un grupo de los intelectuales que avalaron los avances y las negociaciones?
-Los respeto, son brillantes, pero la posición de algunos de ellos no representa la de todos los que participamos en ese comité asesor del cual finalmente surgió la iniciativa ciudadana.
Al ser cuestionado sobre la oposición de algunos diputados priistas, encabezados por Carlos Rojas, Beatriz Pagés y Alfredo Ríos Camarena, Bartlett reconoce que siete legisladores de su p artido estuvieron preo-cupados por el contenido privatizador, pero finalmente quedaron en minoría.
"Lo que me preocupa es el silencio de la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes. ¿Dónde está?", pregunta el exsecretario de Gobernación, exprecandidato presidencial y exgobernador de Puebla.
Los contratos y Pemex
Entre 2000 y 2008, Pemex ha firmado 355 contratos con empresas trasnacionales como Schlumberger y Halliburton, las dos grandes compañías de servicios petroleros. De ese total, 190 se otorgaron por adjudicación directa y los demás por licitación pública. Algunos de los contratos por adjudicación directa ascienden a 17 mil 639 millones de pesos, como los entregados a Schlumberger.
De los 81 contratos que Halliburton firmó con Pemex desde el sexenio de Vicente Fox, 37 fueron por adjudicación directa. El más reciente fue el 18575069-012-07, firmado en enero pasado por un total de 638 millones de dólares.
Este contrato con Halliburton -empresa vinculada al vicepresidente estadunidense Richard Cheney, quien posee 433 mil de las acciones- le permitirá perforar y terminar los trabajos en 58 pozos de la zona sur del país: Cinco Presidentes, Bellota-Jujo, Samaria-Luna, Muspac y Macuspana. En este bloque territorial se encuentra 16% de la producción nacional de crudo, según información de Pemex Exploración y Producción (PEP).
Bartlett afirmó que con las reformas a la Ley de Petróleos Mexicanos todos esos contratos quedarán legalizados, sin importar el desplazamiento de la propia paraestatal.
El Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17, que participó durante los foros de debate energético en el Senado, denunció que tanto Halliburton como Schlumberger han proporcionado servicios de perforación y terminación de pozos a la paraestatal con tecnología y productos desarrollados por el propio Instituto Mexicano del Petróleo, organismo que quedó reducido a su mínima expresión.
A estas dos poderosas firmas trasnacionales pronto se sumarán Statoil, Hydro y Petrobras, según el director de Pemex. Para la secretaria de Energía, Georgina Kessel, la reforma petrolera permitirá que a finales de 2009 se firmen nuevos contratos para la explotación de crudo y gas en zonas como Chicontepec y en aguas profundas del Golfo de México.
En su discurso ante el Instituto Mexicano de la Industria Química (IMIQ), el 29 de octubre, Kessel afirmó que la reforma, aprobada el día anterior en la Cámara de Diputados, "es una buena reforma que permitirá contar con las herramientas para que Pemex pueda enfrentar los retos que tiene por delante, particularmente en lo que se refiere a la parte de exploración y producción".
Según Bartlett, ese tipo de contratos "fueron justamente los que canceló Jesús Reyes Heroles padre en los años setenta". "Ahora -dice- ya estarán permitidos y legalizados". l
Jenaro Villamil
Los debates sobre la reforma petrolera dejaron claro que en el país sí hay una oposición real que defiende la soberanía de los recursos energéticos, considera Manuel Bartlett en entrevista con Proceso. Decidido estudioso de la industria del petróleo, crítico de las iniciativas privatizadoras del presidente Calderón y del coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el exsenador priista y exsecretario de Gobernación lamenta que se hayan impuesto los intereses de las trasnacionales, empresas que se aprestan ya a firmar contratos para la explotación de crudo y gas en zonas como Chicontepec y en aguas profundas del Golfo de México.
Una primera conclusión de la reforma petrolera es que ganaron los intereses de las empresas trasnacionales", asegura el exsenador priista Manuel Bartlett, uno de los principales críticos en su partido de las iniciativas presentadas por Felipe Calderón y por el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
"Ahora ya está permitida la inversión extranjera en áreas que antes estaban reservadas sólo para Pemex, como la exploración y la producción de petróleo", sentencia.
E ironiza: "Tienen razón Calderón, Labastida, Beltrones, el PAN y Nueva Izquierda. Por supuesto que es la reforma más importante desde la expropiación petrolera de 1938, pero porque va para atrás. Es la desnacionalización del petróleo".
En entrevista con Proceso, dice que de la iniciativa enviada por el Ejecutivo federal el pasado 8 de abril que aprobaron recientemente las dos cámaras, sólo quedó el objetivo principal: "garantizar la apertura a la inversión extranjera; ceder la industria petrolera a las empresas trasnacionales. Por eso lo están celebrando".
Y sostiene que la iniciativa del PRI, presentada por Manlio Fabio Beltrones Rivera el 23 de julio, "iba en la misma dirección que la de Calderón: abrir el petróleo a la inversión extranjera, pero con algunas trampas, como fueron las empresas filiales que eran una manera indirecta para permitir que a través de éstas se abriera la producción y exploración a las empresas petroleras".
De ambas iniciativas quedó el modelo de los contratos, incorporado en el extenso título cuarto de la nueva Ley de Petróleos Mexicanos titulada Modalidades especiales de contratación.
Explica: "La gran victoria de los intereses trasnacionales ante los nacionales es haber establecido contratos de exploración y producción, cuando antes sólo eran contratos de servicio. La lucha desde 1938 fue siempre desnacionalizar a Pemex por la vía de los contratos".
-Pero Pemex siempre tuvo contratos con particulares -se le cuestiona.
-Sí, pero eran contratos para servicios, para mantenimiento. Estos son nuevos contratos de exploración y producción.
Protagonista durante los últimos ocho años de la batalla en contra de la apertura del sector eléctrico a la inversión privada y en contra de los contratos de servicios múltiples para la explotación del gas natural, el exsenador priista resalta que "los contratos en la cuenca de Burgos fueron un ensayo de lo que ahora ya lograron".
Bartlett va más allá. Advierte que el proyecto privatizador del sector energético se inició con la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica, aprobada en el sexenio de Carlos Salinas y que ha permitido que ahora 47% del servicio eléctrico sea privado, y siguió con la creación de las cuatro subsidiarias de Pemex, en 1992, y con los contratos de riesgo en Burgos, "disfrazados de contratos de servicios múltiples".
"Los promotores de la desnacionalización cerraron la pinza a través de tres cosas: tienen ahora territorio para explorar y perforar, algo que antes estaba prohibido; tienen contratos de privilegio que incluyen la concesión de bloques; y serán defendidos por tribunales internacionales. El Estado mexicano perdió lo que se llama dominio eminente sobre la explotación del petróleo", argumenta.
-Sin embargo, los impulsores de la reforma consideran un logro el que no haya contratos de riesgo ni contratos incentivados, como lo planteaban las iniciativas de Calderón y de Beltrones -se le inquiere.
-¡Es una mentira todo eso! La nomenclatura de los contratos es lo de menos. Ellos no están esperando que les paguemos con el petróleo, quieren llevarse el dinero. Además, en la reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos queda la posibilidad de la adjudicación directa en algunos de los contratos. Serán por cinco, 10, 20 y hasta 30 años.
Para respaldar su análisis, Bartlett cita las declaraciones recientes del analista Benjamín Torres Barrón, de la firma Baker & McKenzie, quien declaró al periódico Reforma el pasado 23 de octubre: "Incluso, si el Consejo de Administración quiere, puede llevar a cabo adjudicaciones directas para explorar o explotar el Golfo de México, y lo hará bajo una normativa que Pemex diseñará más adelante."
El propio director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles, afirmó el 30 de octubre, durante su intervención en el Foro Nacional de la Industria Química, que las primeras empresas trasnacionales que podrán iniciar trabajos de exploración son Statoil, Hydro y Petrobras. "Con estas compañías ya tenemos camino avanzado", declaró Reyes Heroles.
Pero según Bartlett, "el mismo sistema de contratos que meterán aquí lo están imponiendo en Irak. Estamos como ese país".
-Pero sin ocupación militar...
-¿Para qué? Si ya tienen a Calderón.
Mentiras mediáticas
Bartlett sostiene que la reciente propaganda difundida en medios electrónicos, en decenas de desplegados periodísticos financiados por el PAN, el PRI y hasta por la corriente perredista Nueva Izquierda, tiene como propósito negar que la reforma posea tintes privatizadores.
Sin embargo, afirma, en la iniciativa aprobada permanece la posibilidad de que el Consejo de Administración de Pemex cree empresas filiales; se mantiene la adjudicación directa; habrá intervención de tribunales internacionales; los tenedores de los bonos intervendrán en el manejo de la empresa, y se mantiene el esquema privatizador del nuevo Consejo de Administración de Pemex.
Insiste en que, contrariamente a lo difundido en la propaganda reciente, en la fracción XI del artículo 19 de la Ley de Petróleos Mexicanos se autoriza al Consejo de Administración "aprobar a solicitud del director general la constitución de empresas filiales bajo control de Pemex o de sus organismos subsidiarios, consideradas entidades paraestatales, así como los demás actos previstos en el artículo 32 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales, sin sujetarse para esos efectos al procedimiento de creación y extinción de las mismas, previstas en dicha ley y su reglamento".
En el artículo 54 de la misma ley se abre la posibilidad de que "cuando, por excepción, las licitaciones públicas no sean idóneas para asegurar las mejores condiciones mencionadas, las contrataciones podrán llevarse a cabo por medio de procedimientos de invitación restringida o adjudicación directa".
También se abre la posibilidad de arbitraje de tribunales internacionales en los contratos de Pemex. En el artículo 72 se ordena, por ejemplo, que, tratándose de actos jurídicos de carácter internacional, "Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán convenir la aplicación del derecho extranjero, la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles y celebrar acuerdos de arbitraje cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objetivo".
Bartlett aclara que el organismo que defiende los intereses de las empresas contratistas extranjeras es la Agencia Internacional del Petróleo, con sede en París.
La propuesta de los bonos ciudadanos, de la iniciativa original de Calderón, se mantuvo; el artículo 34 establece que el comisario designado por el Ejecutivo federal tendrá, entre sus funciones, "representar los intereses de los tenedores de títulos a que se refiere el artículo 47 de esta ley y, en consecuencia, tendrá a su cargo la compilación y difusión oportuna de información veraz y suficiente, sobre el estado general que guarde el organismo".
Para Bartlett este ordenamiento permitirá a los poseedores de bonos tener cierto control sobre la información y el manejo de la paraestatal.
"Subsiste la privatización del Consejo de Administración de Pemex. Habrá cuatro nuevos consejeros independientes con una inamovilidad prolongada. La figura de los 'consejeros profesionales' es tomar la esencia de la propuesta de Calderón. Lo que vemos venir es el cogobierno en Pemex con las empresas trasnacionales", advierte.
-¿Es grave que se mantengan los cinco lugares del sindicato de Pemex en el Consejo de Administración, que estará conformado por 15 integrantes?
-Me parece que la lucha por sacar al sindicato es muy importante, pero, al final de cuentas, esos cinco asientos estarán en minoría. Lo importante es quién tiene la mayoría. La tendrá el Ejecutivo federal: él tendrá 10 lugares a su favor (seis secretarios de Estado y cuatro "consejeros profesionales"). Es la privatización del Consejo de Administración.
"La privatización de Petrobras se logró así: el director del Consejo de Administración, con ayuda de los consejeros profesionales, hizo lo que quiso: vendió acciones. Ahora, 60% de la propiedad de la empresa brasileña está en la bolsa de valores de Nueva York."
-Hay quienes argumentan que todo esto no es privatizar, sino lograr la autonomía de gestión de la empresa -se le comenta al entrevistado.
-Privatizar es trasladar funciones del sector público al sector privado. En el momento en que se firman contratos con empresas para explorar y perforar estás privatizando estas actividades. ¿Cómo va a recuperar Pemex su capacidad de operación si todo se va a contratar con privados?
-¿Qué se logró, entonces, para modificar la iniciativa de Calderón?
-De la iniciativa de Calderón no quedó lo de refinación, transporte y ductos a favor de los privados. ¿Quién los cambió? Los cambió la iniciativa de Beltrones. Él cambia esos puntos de la iniciativa de Calderón, inventa la figura de las filiales. Luego, en la última negociación, quitan la figura de las filiales, pero quedan los contratos.
Los logros del FAP
El reportero le pregunta a Bartlett cuáles fueron, entonces, los logros del Frente Amplio Progresista (FAP) y qué significado tiene la movilización en defensa del petróleo encabezada por López Obrador.
-Lo que se ha ganado es mantener viva la conciencia nacionalista. El que haya un movimiento popular en defensa del petróleo en todo el país no es poca cosa. La presión de ese movimiento es lo que ha marcado la diferencia.
"En abril, ellos (Calderón y los seguidores de Beltrones) iban al fast track y no pudieron por la toma de tribunas y la movilización (del FAP). Tuvieron que aprobar los debates en el Senado. En éstos perdió la iniciativa de Calderón. Luego, al presentarse la iniciativa de Beltrones también estaba el movimiento detrás. El problema en esta última etapa fue la negociación a puerta cerrada que establecieron Los Chuchos o Nueva Izquierda con Calderón."
-¿Esta negociación no permitió aminorar los efectos privatizadores?
-Fue avasalladora la voluntad privatizadora de Felipe Calderón. Sería una ingenuidad pensar que tanto él como Beltrones iban a cambiar de posición. No se puede discutir en la lógica de las iniciativas privatizadoras.
"La izquierda que se opuso fue una minoría legislativa, pero lograron hacer sentir que existe una oposición real, nacionalista".
-¿Qué opina de esta campaña reciente de criticar por intolerante la posición de López Obrador?
-Quienes se molestan por el movimiento de López Obrador son los que ven cómo en Francia los sindicalistas han defendido la industria eléctrica, cómo se han manifestado contra la privatización de los ferrocarriles. Allá han salido a las calles, han paralizado el país.
"Llevo ocho años en esto, conozco bien las presiones y las ambiciones existentes. Querían llegar a esto y lo lograron, pero hay que reconocer que existe una fuerza atrás que es el pueblo consciente. Es muy importante que exista una oposición real.
"Por eso tuvieron que aceptar la presencia de Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados, porque él representa una fuerza real, de oposición. Sus detractores tuvieron que tragar sapos y dejar que estuviera ahí porque representa a una oposición."
-¿Qué opina de la posición de un grupo de los intelectuales que avalaron los avances y las negociaciones?
-Los respeto, son brillantes, pero la posición de algunos de ellos no representa la de todos los que participamos en ese comité asesor del cual finalmente surgió la iniciativa ciudadana.
Al ser cuestionado sobre la oposición de algunos diputados priistas, encabezados por Carlos Rojas, Beatriz Pagés y Alfredo Ríos Camarena, Bartlett reconoce que siete legisladores de su p artido estuvieron preo-cupados por el contenido privatizador, pero finalmente quedaron en minoría.
"Lo que me preocupa es el silencio de la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes. ¿Dónde está?", pregunta el exsecretario de Gobernación, exprecandidato presidencial y exgobernador de Puebla.
Los contratos y Pemex
Entre 2000 y 2008, Pemex ha firmado 355 contratos con empresas trasnacionales como Schlumberger y Halliburton, las dos grandes compañías de servicios petroleros. De ese total, 190 se otorgaron por adjudicación directa y los demás por licitación pública. Algunos de los contratos por adjudicación directa ascienden a 17 mil 639 millones de pesos, como los entregados a Schlumberger.
De los 81 contratos que Halliburton firmó con Pemex desde el sexenio de Vicente Fox, 37 fueron por adjudicación directa. El más reciente fue el 18575069-012-07, firmado en enero pasado por un total de 638 millones de dólares.
Este contrato con Halliburton -empresa vinculada al vicepresidente estadunidense Richard Cheney, quien posee 433 mil de las acciones- le permitirá perforar y terminar los trabajos en 58 pozos de la zona sur del país: Cinco Presidentes, Bellota-Jujo, Samaria-Luna, Muspac y Macuspana. En este bloque territorial se encuentra 16% de la producción nacional de crudo, según información de Pemex Exploración y Producción (PEP).
Bartlett afirmó que con las reformas a la Ley de Petróleos Mexicanos todos esos contratos quedarán legalizados, sin importar el desplazamiento de la propia paraestatal.
El Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17, que participó durante los foros de debate energético en el Senado, denunció que tanto Halliburton como Schlumberger han proporcionado servicios de perforación y terminación de pozos a la paraestatal con tecnología y productos desarrollados por el propio Instituto Mexicano del Petróleo, organismo que quedó reducido a su mínima expresión.
A estas dos poderosas firmas trasnacionales pronto se sumarán Statoil, Hydro y Petrobras, según el director de Pemex. Para la secretaria de Energía, Georgina Kessel, la reforma petrolera permitirá que a finales de 2009 se firmen nuevos contratos para la explotación de crudo y gas en zonas como Chicontepec y en aguas profundas del Golfo de México.
En su discurso ante el Instituto Mexicano de la Industria Química (IMIQ), el 29 de octubre, Kessel afirmó que la reforma, aprobada el día anterior en la Cámara de Diputados, "es una buena reforma que permitirá contar con las herramientas para que Pemex pueda enfrentar los retos que tiene por delante, particularmente en lo que se refiere a la parte de exploración y producción".
Según Bartlett, ese tipo de contratos "fueron justamente los que canceló Jesús Reyes Heroles padre en los años setenta". "Ahora -dice- ya estarán permitidos y legalizados". l
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