Trascendió
Milenio



Que por más que se afirme lo contrario, las relaciones entre el procurador Eduardo Medina Mora y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, no pasan por un buen momento

Ayer se les vio discutiendo con rispidez mientras esperaban el arribo del presidente Felipe Calderón a la Reunión Nacional de Procuradores en San Luis Potosí.


Que los resultados de la última encuesta nacional GEA/ISA deben haber caído como una bomba en Los Pinos.


El trabajo, presentado el jueves y el viernes, identifica que el grueso de la población se opone a las llamadas reformas estructurales. Destaca el caso de la posibilidad de una reforma fiscal que cargue el IVA a alimentos, medicinas, transportes, colegiaturas y rentas, ya que hoy sólo sería bien vista por uno de cada diez mexicanos.


La encuesta, por cierto, mató el rumor de ya no habría más trabajos GEA/ISA, debido a que tres directivos de GEA pasaron a ocupar cargos de primer orden en el gobierno de Felipe Calderón.


Que Enrique Navarro, el hombre que reactivó estos días los sombrerazos entre el gobierno federal y la dirigencia del PAN, se reunirá la próxima semana con la gente del presidente Calderón.


De hecho, la reunión de Navarro (quien es secretario de Fortalecimiento Interno del PAN y dijo que Calderón presionaba a la estructura blanquiazul para obtener ventajas) con el subsecretario de Gobernación, Abraham González, iba a tener lugar ayer, pero un problema de agenda la ha postergado unos días.


La idea es terminar este pleito raro y dejar zanjado el asunto en la reunión del CEN panista del próximo lunes, en la que, de ser necesario, se aplicarán las sanciones correspondientes.


Que quien, sin embargo, no deja descansar la impertinencia es el presidente del PAN, Manuel Espino.


Ayer, en Mérida, al acabar una grabación de radio y enfrente de la líder local del PAN, Rosa Ceballos, se aventó la puntada de mandarle un saludo a la candidata de Convergencia y el PT al gobierno de Yucatán, la ex panista motivo de tantas tormentas, Ana Rosa Payán.

“Díganle que la quiero mucho”, dijo el sensible Espino.