Jaime Avilés
Imagen del reloj con el nombre de Enrique Peña Nieto, en la tienda Bijan Tomada de YoutubeFoto Foto
Rodeo Drive, ubicada en el centro del barrio de Beverly Hills, en Los Ángeles, a donde acuden de compras las grandes estrellas de Hollywood, los más ricos entre los ricos y los políticos más desvergonzados. En el número 420 de esa calle se erige Bijan, una tienda de ropa exclusiva para hombres, creada por el modista iraní Bijan Pakzad, a la que sólo se puede acceder mediante previa cita.
Fundada en 1976, Bijan se ufana de haber vestido a Barack Obama, George Bush, Ronald Reagan, al príncipe Carlos de Inglaterra, al ex presidente ruso Vladimir Putin, a Tony Blair, a Arnold Schwarzenegger, a John Kerry, a Tom Cruise, Jack Nicholson y Anthony Hopkins, a Giorgio Armani y Óscar de la Renta, a Michael Jordan y a Carlos Slim.
En su vitrina, exhibe una colección de relojes que ostentan el nombre, el cargo, el color de la bandera y la hora local del país de origen de sus clientes más generosos, a quienes les concede tal distinción por haber adquirido trajes, camisas, corbatas, bufandas, abrigos, calcetines, pañuelos, calzoncillos, relojes o perfumes por dos millones de dólares o más.
En ese escaparate figura junto a los ex emperadores de oriente y occidente antes mencionados, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi; el ex gobernador Miguel Alemán; el ex procurador general de la República, Fernando Lozano Gracia; el magnate Carlos Peralta, los cantantes Vicente y Alejandro Fernández, el ex presidente municipal de Tijuana –de momento preso por acopio de armas– Jorge Hank Rhon y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.
La sorprendente noticia fue divulgada hace unos días en Youtube por alguien que se hace llamar dr_yanez, quien con una cámara por momentos temblorosa, quizá debido a la emoción que le provocó semejante hallazgo, grabó de lejos y de cerca el reloj correspondiente a “Enrique Peña Nieto, governor”, y se preguntó en voz alta cómo un funcionario público, que supuestamente vive de su sueldo, pudo gastarse al menos 25 millones de pesos en ropa... sin ser un corrupto de siete suelas.
Berlusconi se hizo rico en la mafia del mercado inmobiliario de Milán, antes de dedicarse a la política. Que haya despilfarrado dos millones de dólares en Bijan se entiende. Que el príncipe Carlos se haya dado ese lujo también es comprensible: es un zángano mantenido por los súbditos de su madre. Que personas exitosas como Michael Jordan, Tom Cruise, Giorgio Armani o Jack Nicholson se permitan semejante derroche parece lógico aunque en el fondo sea insultante.
A nadie puede sorprender tampoco que Miguel Alemán, heredero del precursor de la oligarquía mexicana de los años 50; los muy populares cantantes Fernández, padre e hijo, el niño nacido en pañales de seda, Jaime Camil, y el dueño de la mayor cadena de casas de apuesta de México, Jorge Hank Rhon, por frívolos y vanidosos, se vistan en Bijad y paguen lo necesario para que les pongan su relojote en la vitrina. Pero Enrique Peña Nieto el intachable, el transparente, el austero, ¿de dónde?
Aunque su oficina de prensa niegue que el gobierno del estado de México sea “cliente frecuente” de Bijan –algo que de ninguna manera afirma el video del dr_yanez–, Peña Nieto no puede desmentir las imágenes que ofrece el documental en Youtube, ni contrarrestar las razonables sospechas que éstas despiertan acerca de lo que podría llevarlo a los tribunales: “enriquecimiento inexplicable”.
Si algo demuestra este escándalo, en todo caso, es que Hank Rhon, Berlusconi y Peña Nieto fueron cortados por las mismas tijeras: las del mágico sastre iraní, que murió el pasado 16 de abril, a la edad de 67 años, pero también por las del bandidaje a la sombra del poder público.
Otras figuras públicas que también parecen cortadas por las mismas tijeras, por su tendencia a criminalizar las protestas sociales, serían el secretario de Gobernación, José Francisco Blablablake; el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, y la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Esther Orozco.
Luego de cinco años de pacífica y tenaz resistencia, los habitantes de Temacapulín, Acasijo y Palmarejo, en los Altos de Jalisco, se plantaron en marzo en la zona donde una empresa española construye la cortina de la presa El Zapotillo, que inundará y borrará del mapa sus pueblos.
Gracias a esa movilización lograron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) encargara al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) un peritaje sobre los monumentos de esas localidades. El pasado 26 de mayo, el titular del INAH-Jalisco, Cuauhtémoc de Regil Fernández de Lara, entregó un dictamen donde exige que “se conserve en su sitio de origen todo el patrimonio arquitectónico de Temacapulín”, ya que “representa un hito urbano histórico, cuyo valor es de interés manifiesto de sus habitantes, y su conservación responsabilidad del Estado mexicano”.
¿Ah, sí? El negocio de El Zapotillo, fraguado por los inversionistas españoles que incrustaron a Felipe Calderón en Los Pinos, no iba a frustrarse por eso. Cinco días después del dictamen de De Regil, Conagua exhibió (sin mostrar su contenido) otro “peritaje”, firmado por tres funcionarios de rango superior en el INAH –Agustín Delgado, coordinador nacional de monumentos; Arturo Balandrano, director de apoyo técnico, y la directora de licencias, Ana María Lara–, que ordenan el traslado del patrimonio arquitectónico de Temacapulín a la ciudad fantasma de Talicoyunque, donde pretenden reubicar a los desplazados cuando se llene la presa.
Acto seguido, Gobernación cerró las negociaciones con los inconformes, no sin antes recordarles que podría activar las denuncias penales que pesan contra ellos, porque al suspender la construcción de la presa “causaron pérdidas económicas millonarias”. Por su parte, la rectora de la UACM incurrió en una conducta similar anteayer, al término de la sesión del consejo que dio entrada a la solicitud de revocación de mandato presentada en su contra por una parte de la comunidad académica y estudiantil.
Al finalizar la sesión, la secretaria técnica del consejo, Gloria Luz Alejandre, renunció a su cargo asegurando que había recibido “amenazas de muerte”. Quienes promueven la destitución de Orozco habían exigido también la salida de Alejandre porque ésta, en repetidas ocasiones, se negó a convocar a los integrantes del consejo obedeciendo órdenes de la rectora pero faltando a sus obligaciones. Así, tras el desmedido señalamiento de que se iba porque “teme por su seguridad”, la rectora dijo que pedirá a “su” amigo, el procurador capitalino Miguel Ángel Mancera, “que le ponga escoltas” y proceda contra quienes se escudan en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal “para promover la violencia” en esa casa de estudios.
Por lo pronto, el consejo de la UACM analizará el próximo día 21 las nueve causales de revocación de mandato que se le imputan a Orozco, entre ellas tráfico de influencias, y uso de recursos para fines ajenos a los de la institución.
Durante el acto organizado el pasado lunes por el movimiento No + Sangre, en el Museo de la Ciudad, el escultor Alfredo López Casanova donó una estatua de Felipe Calderón, de 19 centímetros de alto, inspirada en un dibujo de Hernández, con una frase célebre del espurio sobre la base de madera: “(En la lucha contra el crimen organizado) se perderán vidas humanas inocentes pero vale la pena seguir adelante”.
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