Astillero
Arrancadero 2012
Cordero de sacrificio
Moreira, moral y moras
Las mitades de Encinas
Cordero de sacrificio
Moreira, moral y moras
Las mitades de Encinas
Julio Hernández López
Ni a flaca llegaba su caballada, así que el hacendado Felipe hubo de acelerar el crecimiento de una de sus mascotas burocráticas para tratar de habilitarla como Cordero expiatorio (si no crece el pequeñuelo: ¡candidato ciudadano, y lástima Ernesto-Margarito!). Jugada preventiva con la intención de cerrar el paso a tentaciones barbadas grotescamente reaparecidas y a credulidades foxistas santiaguinas, a asonadas priístas anunciadas con Humberto Moreira como golpeador directo y Enrique Peña Nieto como figurín creciente, y a los extraños caracoleos de reunificación escenográfica de la izquierda” a partir del factor Encinas.
Todos montados y armados, con la vista inequívocamente puesta en 2012. Felipe “regala” al maniatado precandidato sacrificable, el Cordero de ínfima talla política, dos secretarías de campaña, la de Comunicaciones y Transportes, para que negocie con el gran poder de las televisoras y rompa el predominio electrónico del Gaviotón Triple A, y la de Energía, para que inversionistas interesados se arreglen desde ahora con el presunto candidato oficial. Y el mismo Felipe enfila hacia el PAN, para hacerse cargo de la secretaría de elecciones, al turbio e impúdico Juan Molinar HorcABCitas, especializado en trabajos sucios, fontanerías y sótanos, trampas y traiciones (“Tú tranquilo, Ernesto, al cabo que Molinar se hará cargo de preparar tu postulación interna, la campaña y las elecciones de 2012. Confía en él”, sería la escalofriante instrucción del jefe Lipe al precandidato Neto. Gulp).
Reacomodos palaciegos que sacan del circulito íntimo al gran jefe Yunque, Luis Felipe Bravo Mena, para dar paso al muy obediente Roberto Gil, que ya fue antes embaucado con las posibilidades de ser secretario de Gobernación o, meses después, presidente nacional del PAN, y al que ahora prometen convertir en poderosísimo secretario particular, como si la fuente de poder de Gil tuviera fuerza para repartir. Bravo Mena es mencionado como posible candidato al gobierno del estado de México, donde el PAN tiene pocas posibilidades reales de triunfo, así es que habrá de verse si también hubo una sacudida para quitarse de encima al representante de El Yunque en Los Pinos, el mencionado Luis Felipe, en un proceso de separación o deslinde que tendría efectos directos en el manejo del PAN, donde Cecilia Romero despacha como secretaria general a nombre de ese Yunque en guerra.
Si Moreira no va a ser un árbol que dé moras, entonces de nada le servirán en esta etapa a los priístas los tratados de moral de Gonzalo N. Santos. Moreira llega a pelear y de inmediato convoca al ring a su contraparte formal, el presidente del comité nacional panista, Felipe Calderón (quien tiene de suplente a un usuario político del apellido Madero). El priísmo marcha (hasta ahora) unido en torno a la candidatura de Peña Nieto, a tal grado que el gobernador con licencia de Coahuila llega como candidato único al relevo de Beatriz Paredes, con la anuencia del calculador Manlio Fabio Beltrones y del expectante Emilio Gamboa. Moreira hace ruido nacional mientras en casa el hermano Rubén se registra como candidato a suceder al mismo Humberto que sigue mandando en Coahuila, pero ahora por medio de un gobernador sustituto. Al fondo, en espera de entrar en acción, la profesora Elba Esther Gordillo que se alista para precisar los términos de la Nueva Alianza con el PRI, ahora mediante el Panal.
Alejandro Encinas es semichucho y semipeje. Gracias a Nueva Izquierda es diputado federal y coordinador de su bancada en San Lázaro. Gracias a López Obrador fue jefe de gobierno sustituto y podría ser gobernador del estado de México. En él convergen las posibilidades de entendimiento de esas dos alas confrontadas de la izquierda electoral pero, desde luego, en él sobreviven y conviven las características que más repudia cada una de las alas respecto de la otra. Encinas hace campaña junto a AMLO en el terreno electoral, pero se entiende políticamente en la capital del país con Chuchos, Camachos y Marcelos. Candidatura compartida. Mitad y mitad. Pero en términos escenográficos suscita entusiasmo la postulación del político con mejores valoraciones en encuestas de opinión dentro del abanico mexiquense de izquierda.
Aunque será necesario reflexionar hasta dónde esa postulación promisoria ha sido aprobada incluso por los adversarios internos de López Obrador a sabiendas del golpe que significaría una decisión judicial que negara el registro de Encinas por incumplimiento del requisito de la residencia, flanco de derrota que el propio Alejandro advirtió ante periodistas, en conferencia de prensa, el pasado 30 de noviembre, según puede verse en http://bit.ly/dWXauK o en el Astillero del pasado 8 de diciembre, cuando reconoció que “evidentemente me faltan cinco meses para acreditar la residencia”, y que “en lo personal creo que sería muy irresponsable no solamente generar una falsa expectativa en mis compañeros de partido, sino también una posible frustración al momento de que se negara el registro y, la verdad, muchos me cuestionarían que sabiendo yo que podría correr esta situación sería muy irresponsable participar y por eso prefiero enfrentar mis decisiones estrictamente como lo he dicho siempre de manera personal y no poner en manos del Tribunal Electoral del Estado de México o en manos del tribunal federal la definición del candidato de la izquierda del estado de México”. ¿Qué cambió en cinco semanas? ¿Ya no es “irresponsable” generar “una falsa expectativa” y “una posible frustración”? ¿Se busca, como el propio Encinas lo revelaba, “levantar” al PRD, “posicionarlo” y luego, por el asunto de la residencia, retirarse para que entre una candidatura de relevo? ¿El vaso semilleno, o el vaso semivacío?
Y, mientras en Guerrero la violencia se instala como presidenta de mesa receptora de votos, ¡hasta mañana, con el alto clero norbertino en campaña contra Ebrard, llegando a críticas directas sobre decisiones del gobierno capitalino en casos como la supervía y un paradero de Metrobús!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • Twitter:http://www.twitter.com/@julioastillero • Facebook: julioastillero
Todos montados y armados, con la vista inequívocamente puesta en 2012. Felipe “regala” al maniatado precandidato sacrificable, el Cordero de ínfima talla política, dos secretarías de campaña, la de Comunicaciones y Transportes, para que negocie con el gran poder de las televisoras y rompa el predominio electrónico del Gaviotón Triple A, y la de Energía, para que inversionistas interesados se arreglen desde ahora con el presunto candidato oficial. Y el mismo Felipe enfila hacia el PAN, para hacerse cargo de la secretaría de elecciones, al turbio e impúdico Juan Molinar HorcABCitas, especializado en trabajos sucios, fontanerías y sótanos, trampas y traiciones (“Tú tranquilo, Ernesto, al cabo que Molinar se hará cargo de preparar tu postulación interna, la campaña y las elecciones de 2012. Confía en él”, sería la escalofriante instrucción del jefe Lipe al precandidato Neto. Gulp).
Reacomodos palaciegos que sacan del circulito íntimo al gran jefe Yunque, Luis Felipe Bravo Mena, para dar paso al muy obediente Roberto Gil, que ya fue antes embaucado con las posibilidades de ser secretario de Gobernación o, meses después, presidente nacional del PAN, y al que ahora prometen convertir en poderosísimo secretario particular, como si la fuente de poder de Gil tuviera fuerza para repartir. Bravo Mena es mencionado como posible candidato al gobierno del estado de México, donde el PAN tiene pocas posibilidades reales de triunfo, así es que habrá de verse si también hubo una sacudida para quitarse de encima al representante de El Yunque en Los Pinos, el mencionado Luis Felipe, en un proceso de separación o deslinde que tendría efectos directos en el manejo del PAN, donde Cecilia Romero despacha como secretaria general a nombre de ese Yunque en guerra.
Si Moreira no va a ser un árbol que dé moras, entonces de nada le servirán en esta etapa a los priístas los tratados de moral de Gonzalo N. Santos. Moreira llega a pelear y de inmediato convoca al ring a su contraparte formal, el presidente del comité nacional panista, Felipe Calderón (quien tiene de suplente a un usuario político del apellido Madero). El priísmo marcha (hasta ahora) unido en torno a la candidatura de Peña Nieto, a tal grado que el gobernador con licencia de Coahuila llega como candidato único al relevo de Beatriz Paredes, con la anuencia del calculador Manlio Fabio Beltrones y del expectante Emilio Gamboa. Moreira hace ruido nacional mientras en casa el hermano Rubén se registra como candidato a suceder al mismo Humberto que sigue mandando en Coahuila, pero ahora por medio de un gobernador sustituto. Al fondo, en espera de entrar en acción, la profesora Elba Esther Gordillo que se alista para precisar los términos de la Nueva Alianza con el PRI, ahora mediante el Panal.
Alejandro Encinas es semichucho y semipeje. Gracias a Nueva Izquierda es diputado federal y coordinador de su bancada en San Lázaro. Gracias a López Obrador fue jefe de gobierno sustituto y podría ser gobernador del estado de México. En él convergen las posibilidades de entendimiento de esas dos alas confrontadas de la izquierda electoral pero, desde luego, en él sobreviven y conviven las características que más repudia cada una de las alas respecto de la otra. Encinas hace campaña junto a AMLO en el terreno electoral, pero se entiende políticamente en la capital del país con Chuchos, Camachos y Marcelos. Candidatura compartida. Mitad y mitad. Pero en términos escenográficos suscita entusiasmo la postulación del político con mejores valoraciones en encuestas de opinión dentro del abanico mexiquense de izquierda.
Aunque será necesario reflexionar hasta dónde esa postulación promisoria ha sido aprobada incluso por los adversarios internos de López Obrador a sabiendas del golpe que significaría una decisión judicial que negara el registro de Encinas por incumplimiento del requisito de la residencia, flanco de derrota que el propio Alejandro advirtió ante periodistas, en conferencia de prensa, el pasado 30 de noviembre, según puede verse en http://bit.ly/dWXauK o en el Astillero del pasado 8 de diciembre, cuando reconoció que “evidentemente me faltan cinco meses para acreditar la residencia”, y que “en lo personal creo que sería muy irresponsable no solamente generar una falsa expectativa en mis compañeros de partido, sino también una posible frustración al momento de que se negara el registro y, la verdad, muchos me cuestionarían que sabiendo yo que podría correr esta situación sería muy irresponsable participar y por eso prefiero enfrentar mis decisiones estrictamente como lo he dicho siempre de manera personal y no poner en manos del Tribunal Electoral del Estado de México o en manos del tribunal federal la definición del candidato de la izquierda del estado de México”. ¿Qué cambió en cinco semanas? ¿Ya no es “irresponsable” generar “una falsa expectativa” y “una posible frustración”? ¿Se busca, como el propio Encinas lo revelaba, “levantar” al PRD, “posicionarlo” y luego, por el asunto de la residencia, retirarse para que entre una candidatura de relevo? ¿El vaso semilleno, o el vaso semivacío?
Y, mientras en Guerrero la violencia se instala como presidenta de mesa receptora de votos, ¡hasta mañana, con el alto clero norbertino en campaña contra Ebrard, llegando a críticas directas sobre decisiones del gobierno capitalino en casos como la supervía y un paradero de Metrobús!
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