Ahora López Dóriga contra Marcela
Federico Arreola
Vaya campañita la que se traen en Milenio, –el diario más salinista y calderonista de cuantos se editan en México– contra Marcela Gómez Zalce. Primero la atacó, deslealmente, Ciro Gómez Leyva, otrora un periodista con fama de honesto (en qué forma se pervirtió el pobre Ciro). Después se le lanzó, con hipocresía ("Marcela querida", bla, bla, bla) Joaquín López Dóriga, que se siente bordado a mano. Este par de columnistas no del todo éticos (mejor dicho, éticos para nada) han insistido en la calumnia de que Andrés Manuel López Obrador pretende encabezar un golpe de Estado contra Felipe Calderón. Como Marcela les probó que eso es una estupidez, los dos se pusieron de acuerdo para lastimar a la única persona que en Milenio no está entregada al PAN, a Calderón o al senador Beltrones.
Es un hecho que los directivos de Milenio, cansados del periodismo independiente y valiente de la Gómez Zalce, pretenden obligarla a que renuncie. Pero no debe hacerlo. Por supuesto, Marcela, amiga mía de muchos años, no me ha pedido consejo. Si me lo pidiera, le diría que no se vaya por su voluntad, aunque esté hasta el gorro del periodismo vendido de esos tipos. Lo mejor que puede hacer es quedarse, y que ellos la echen si se atreven. Y después que les gane un juicio laboral. Como el dinero es lo único que les duele, es en una indemnización generosa en lo que ella debe concentrarse. Los que se están viendo mal, después de todo, son Ciro, López Dóriga y los directivos de Milenio. Marcela no. Esta mujer, hay que subrayarlo, les está dando una lección de dignidad.
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