CARTA DE GUADALUPE A FOX.
REFORMA.
Guadalupe Loaeza.
La despedida.
C. Vicente Fox, presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos.
No, no lo voy a extrañar. Es más, me atrevería a afirmar que su gobierno como presidente de la República ha sido lamentable. Habiendo tenido la gran oportunidad para consolidar nuestra incipiente democracia como el primer Presidente de la transición, usted tuvo a bien darle en la torre (así le gusta a usted expresarse, ¿verdad?).
Sí, señor, así como mochó nuestros emblemas patrios, igualmente quebró al país en dos. Es decir, que su gobierno contribuyó a que la brecha entre pobres y ricos se hiciera cada vez más honda y profunda. Durante su periodo, el cual gracias a Dios está a punto de terminar,
¿cuántos mexicanos se vieron obligados de irse a trabajar del otro lado?
¿Cuántos cárteles de bandas de narcotraficantes se formaron?
¿Cuántas muertas más hubo en Juárez?
¿Cuánta corrupción se incrementó y se permitió en su gobierno?
¿Con cuántos países extranjeros nos enemistamos?
¿Cuántas veces hizo el ridículo en sus viajes oficiales pero de los cuales nunca nos enteramos?
¿Cuántos de sus secretarios de Estado no lo tiraban a lucas?
¿Cuántas "enchiladas completas" se le deshicieron entre sus manos mientras intentaba cocinarlas?
¿Cuántos indígenas y chiapanecos habrá todavía esperando la solución de sus problemas?
¿Cuántos desempleados continúan esperando su changarro?
¿Cuántas veces metió la pata en términos políticos?
¿Cuántas veces decía una cosa por otra y se equivocaba con los nombres de escritores fundamentales? ¿Cuántas veces animó a la primera dama para que se lanzara como posible candidata?
¿Cuántas veces contribuyó respecto a este tema a confundir a la opinión pública?
¿Cuántas veces los caricaturistas lo pintaban como el típico marido mandilón?
¿Cuántas veces se vio obligado a defender a la señora Marta?
¿Cuántas veces se apoyó en la supuesta "pareja presidencial"?
¿Cuántas veces tuvimos que soportar sus ridículas declaraciones de amor públicas que hacia en relación a Martita?
¿Cuántas veces intercedió in-de-bi-da-mente durante las campañas para Presidente?
¿Cuánta energía le invirtió para que se hiciera todo lo posible para desaforar a AMLO?
¿De cuántas maneras participó en la campaña del miedo?
¿Cuántas veces se reunió con Ugalde y con los del Trife antes y después de las elecciones?
¿Cuántas veces ha tenido que dar la cara por usted el extraño vocero de la Presidencia?
¿Cuántas violaciones a los derechos humanos se cometieron por los errores de Atenco a raíz de los errores de Fox?
¿Qué tanto aumentó el desperdicio de recursos naturales durante su sexenio?
¿Cuántos proyectos científicos y tecnológicos se abandonaron por su nula comprensión de la importancia de la ciencia y de la tecnología?
¿Cuántos estúpidos spots publicitarios nos tiene que imponer, últimamente, hablando de la dizque democracia que tenemos gracias al dizque Presidente?
¿Cuánto dinero ha invertido en esta estúpida campaña?
¿Cuántos libros ha leído en estos largos larguísimos seis años?
¿Cuánto relajo echó en las cabañitas?
¿Cuántas "tonterías" dijo, como usted mismo admitiera y le faltan todavía por decir?
La lista de preguntas que habría que formularle es interminable, seguramente llenaría todas las páginas de nuestro diario, sin embargo, hay una que me intriga sobremanera y que no puedo dejar de hacérsela:
¿¿¿¿¿¿¿¿Por qué Vicente Fox quiso ser presidente de la República????????
¿Quién le metió esa idea en la cabeza?
¿Quién lo convenció?
¿Por qué se pensó que tenía posibilidades?
¿Quién le dijo?
¿Quién lo animó?
¿De veras representaba usted el voto útil?
¿Útil para el país, para la democracia, para la alternancia?
Si era así, entonces,
¿por qué no aprovechó esta oportunidad histórica?
¿Por qué entonces no haber aprovechado toda la confianza que millones y millones de ciudadanos le depositaron?
He allí todas mis dudas y todas las que me faltan todavía por exponerle.
Tal vez un día la historia me responda, pero por lo pronto, lo único que me urge es decirle adiós a mi Presidente que tanto nos ha decepcionado.
Por otro lado, le confieso, de la manera más sincera que yo nunca me hice muchas ilusiones respecto a la persona de Vicente Fox.
Nunca se imaginará quién me metió el gusanito de la duda respecto a sus posibilidades, ¡doña Mercedes! A quien tuve el gusto de saludar por primera vez a la salida de la comida del día de la toma de posesión.
¿Recuerda que hubo una recepción en el patio de Palacio y que al finalizar debía usted de dar un discurso, aparte del que dio en el Auditorio Nacional y en la Cámara de senadores?
Pues bien, puesto que esa tarde tenía que escribir mi texto para mi periódico, tuve que retirarme antes de escucharlo.
Cuál no sería mi sorpresa de encontrarme a su señora madre y a su hermana mayor quienes también estaban a punto de retirarse.
"Es que ya no aguanto las piernas", me dijo doña Mercedes al preguntarle por qué se iba tan temprano.
"Pero, señora, ¿cómo se puede ir justo antes de que hable su hijo, el único candidato de la oposición que ha podido sacar a los priistas de Los Pinos después de 70 años?
¿No se siente usted orgullosísima?", le pregunté entusiasmada.
En ese momento, su madre me miró con ojos incrédulos y en sus labios se dibujó una extraña sonrisa. "Ya veremos, ya veremos...", musitó entre dientes en tanto avanzaba apoyada en su hija.
No, doña Mercedes no se veía nada convencida. En ningún momento se refirió a su trayectoria política o a los embates contra los que su hijo tuvo que haber luchado para llegar a la Presidencia. De alguna manera su mirada y su actitud me estaban diciendo algo como:
"Ay, señora mía, que Dios nos agarre confesados con Vicente".
¿Quién mejor que ella lo conocía?
A partir de ese encuentro tan revelador, al cabo de estos seis años de un gobierno tan errático, me temo, señor Presidente, que doña Mercedes tenía razón.
No, no lo voy a extrañar.
Inútil decirle que deja usted un país con muchos más problemas que como lo encontró. Lo deja 10 veces más polarizado y dividido; deja las instituciones totalmente desacreditadas; deja la institución de la Presidencia completamente desdibujada; deja una buena parte del pueblo de México sin certeza respecto a los resultados de las pasadas elecciones; deja centenas de focos rojos a punto de estallar y deja el estado de Oaxaca con muertos, desaparecidos, presos políticos y un océano de pobreza.
No, señor Presidente, usted no ha ganado dos veces como dijera en una entrevista, refiriéndose a las elecciones del 2000 y las del 2006, usted ha perdido seis años cometiendo muchas "tonterías"... Pero qué importa, al fin que ya se va...
Guadalupe.
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