La entraña del embate de Televisa contra Cofepris
Jenaro Villamil
Las causas del escándalo que detonó Televisa sobre las licitaciones de medicamentos en el IMSS se han ido armando como un rompecabezas: intereses familiares y empresariales del vicepresidente de la televisora, Bernardo Gómez; ambiciones de la propia empresa dirigidas al multimillonario mercado farmacéutico y a una próxima licitación de telecomunicaciones que, por unos 2 mil 200 millones de pesos, hará el propio Seguro Social. A ello hay que agregar el cabildeo del exprocurador Antonio Lozano Gracia en Los Pinos…
Detrás del conflicto entre el laboratorio Landsteiner y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) se encuentra no sólo el interés familiar y empresarial del vicepresidente de Televisa, Bernardo Gómez, sino también la asesoría jurídica y el cabildeo en Los Pinos de Antonio Lozano Gracia, exprocurador general de la República, cuyo despacho defiende a la empresa presidida por Miguel Granados Cervera.
La disputa entre la autoridad regulatoria y el laboratorio mexicano alcanzó nivel de escándalo mediático desde que el 9 de noviembre pasado Televisa difundió en todos sus segmentos informativos de televisión y radio unas llamadas telefónicas entre dos funcionarios de empresas farmacéuticas –Stendhal y Novartis–, quienes presuntamente se ponían de acuerdo para participar en una licitación de medicamentos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El golpe mediático sacó a relucir los intereses de Televisa en el mercado farmacéutico, tal como lo documentó Proceso en su edición 1766, pero también una red de asesoría jurídica que llega hasta el despacho de Antonio Lozano Gracia, socio de Diego Fernández de Cevallos y exjefe y padrino político del actual procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez.
Desde junio de este año, una demanda de hechos presentada por Cofepris en contra de Landsteiner “está archivada”, según confirmaron a este semanario fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR). El número de expediente de la demanda es PGR/DDF/SPE/XXVII/2822/10-06, por presunta falsificación y violación a la propiedad industrial de un medicamento inmunodepresor.
Landsteiner solicitó a Cofepris en 2009 la autorización para la venta del medicamento Renacept como genérico intercambiable del fármaco Rapamune, fabricado entonces por Wyeth, laboratorio que fue adquirido por la trasnacional Pfizer.
En Wyeth trabajó Carlos Abelleyra, exdirigente de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIF) y una de las dos personas interceptadas en la llamada telefónica, cuya grabación se hizo llegar a Televisa de manera “anónima”. En un principio, Televisa se refirió a Abelleyra como “funcionario no identificado” del Seguro Social.
Las causas del escándalo que detonó Televisa sobre las licitaciones de medicamentos en el IMSS se han ido armando como un rompecabezas: intereses familiares y empresariales del vicepresidente de la televisora, Bernardo Gómez; ambiciones de la propia empresa dirigidas al multimillonario mercado farmacéutico y a una próxima licitación de telecomunicaciones que, por unos 2 mil 200 millones de pesos, hará el propio Seguro Social. A ello hay que agregar el cabildeo del exprocurador Antonio Lozano Gracia en Los Pinos…
Detrás del conflicto entre el laboratorio Landsteiner y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) se encuentra no sólo el interés familiar y empresarial del vicepresidente de Televisa, Bernardo Gómez, sino también la asesoría jurídica y el cabildeo en Los Pinos de Antonio Lozano Gracia, exprocurador general de la República, cuyo despacho defiende a la empresa presidida por Miguel Granados Cervera.
La disputa entre la autoridad regulatoria y el laboratorio mexicano alcanzó nivel de escándalo mediático desde que el 9 de noviembre pasado Televisa difundió en todos sus segmentos informativos de televisión y radio unas llamadas telefónicas entre dos funcionarios de empresas farmacéuticas –Stendhal y Novartis–, quienes presuntamente se ponían de acuerdo para participar en una licitación de medicamentos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El golpe mediático sacó a relucir los intereses de Televisa en el mercado farmacéutico, tal como lo documentó Proceso en su edición 1766, pero también una red de asesoría jurídica que llega hasta el despacho de Antonio Lozano Gracia, socio de Diego Fernández de Cevallos y exjefe y padrino político del actual procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez.
Desde junio de este año, una demanda de hechos presentada por Cofepris en contra de Landsteiner “está archivada”, según confirmaron a este semanario fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR). El número de expediente de la demanda es PGR/DDF/SPE/XXVII/2822/10-06, por presunta falsificación y violación a la propiedad industrial de un medicamento inmunodepresor.
Landsteiner solicitó a Cofepris en 2009 la autorización para la venta del medicamento Renacept como genérico intercambiable del fármaco Rapamune, fabricado entonces por Wyeth, laboratorio que fue adquirido por la trasnacional Pfizer.
En Wyeth trabajó Carlos Abelleyra, exdirigente de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIF) y una de las dos personas interceptadas en la llamada telefónica, cuya grabación se hizo llegar a Televisa de manera “anónima”. En un principio, Televisa se refirió a Abelleyra como “funcionario no identificado” del Seguro Social.
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