Miles de personas participaron en 24 entidades en marchas de repudio a la estrategia oficial anticrimen y la creciente violencia en el país. En Cuernavaca, Morelos (en la imagen), se dio una de las movilizaciones más numerosas. Encabezada por el poeta Javier Sicilia, quien exigió justicia por el asesinato de su hijo Juan Francisco y acompañantes, se demandó al presidente Felipe Calderón y al gobernador Marco Antonio Adame frenar la inseguridad y que vuelvan la paz , la justicia y la dignidad a Mèxico. Marchas contra la violencia
Que no anide el crimen en sus filas, pide Sicilia a las fuerzas armadas
El poeta clama justicia por el homicidio de su hijo y 6 personas Da de plazo el día 13 para que Adame y Calderón hallen a los asesinos
Rubicela Morelos Cruz Corresponsal
Cuernavaca, Mor., 6 de abril. Más de 40 mil personas vestidas de blanco salieron a las calles para exigir al presidente Felipe Calderón y al gobernador Marco Antonio Adame Castillo parar la violencia, la inseguridad y que vuelva la paz, la justicia y la dignidad a Morelos y a México.
El poeta Javier Francisco Sicilia, en los discursos que pronunció frente a la 24 Zona Militar, ante la Procuraduría General de Justicia de la entidad y en el zócalo, exigió justicia para el asesinato de su hijo, Juan Francisco, y otras seis personas, quienes fueron encontrados sin vida en un automóvil el pasado lunes 28 de marzo. Además pidió frenar la ola de asesinatos, que regresen los militares a sus cuarteles y que dejen de llamar a las víctimas “daños colaterales”.
Afirmó que efectuará un plantón permanente en el zócalo de Cuernavaca, donde se colocó una ofrenda floral en memoria de su hijo, y emplazó al gobernador y a Calderón para que frente al pueblo de Morelos presenten ante la justicia a los asesinos de Juan Francisco y a sus cómplices el próximo miércoles.
La mayoría de ciudadanos portaron pancartas en las que plasmaron su hartazgo por la violencia e inseguridad en que viven millones de mexicanos y manifestaron que esta marcha nunca en la historia se había dado, por lo que insistieron que esta entidad será la punta de lanza para llevar a cabo un movimiento nacional.
En su primer discurso dijo: “A las fuerzas armadas de México: ustedes han sido siempre los custodios de la nación. Nunca los habíamos querido fuera de sus cuarteles más que para repeler una invasión extranjera o para ayudarnos como lo han hecho siempre en las catástrofes naturales. Ahora los han sacado a las calles para combatir lo que a los policías pertenece. No los queríamos allí, pero ahí los han puesto, provocando con ello una escalada en la violencia, al incitar al crimen organizado a enfrentarse a ustedes con armas más poderosas.
“Son ya cuatro años de guerra, y lejos de disminuir, el consumo y tráfico de drogas ha aumentado; lejos de sentirnos seguros, nos sentimos con miedo y coraje ante la impotencia de verlos pelear en nuestras calles. Les exigimos como ciudadanos de esta patria que defienden y custodian todos los días, que no permitan que en sus filas aniden el crimen y crezca la complicidad. Muchos de los asesinos que hoy dañan a la nación de manera terrible en nuestros hijos e hijas, provienen de la deserción de sus filas”.
En este lugar fue cuando la voz de Sicilia tembló. Los militares que estaban dentro de la zona militar miraban, algunos evasivos, otros con tristeza. Les recordó que “llevamos” a nuestras espaldas 40 mil muertos, casi el mismo río de gente que esta tarde salió a gritar “¡Ni un muerto más!”
En la Procuraduría General de Justicia de la entidad y a la Procuraduría General de la República (PGR) indicó que estas dependencias llevan cargando 40 mil muertes sin que se esclarezcan y menos que se hagan justicia, por omisión, comisión o complicidad. “Señor procurador de Morelos, miembros de los Ministerios Públicos, cumplan con la justicia que no han procurado y que hoy les reclamamos. Sólo así tendrán de nuevo nuestra confianza y sabremos que no nos encontramos solos e inermes”, indicó.
En el zócalo señaló que hasta antes de la muerte de su hijo y otras seis personas, “esos muertos eran simples cifras, simples abstracciones, bajas colaterales o criminales, ‘escorias’, como estúpidamente se les ha llamado. A partir de hoy esas cifras son lo que siempre han sido y deberían de ser: vidas humanas segadas y familias destrozadas, dolor que día a día se va acumulando en los corazones de este país”.
Reconoció que entre todos hemos solapado la corrupción de las instituciones y el desgarramiento del tejido social, con la mezquindad de los pleitos y los intereses políticos que sólo buscan enriquecerse con la desgracia, el temor y la simulación”.
Si son ineficientes deben irse
Dijo que hasta hoy sólo le han informado que han identificado a dos de los asesinos, que se han girado órdenes de aprehesión contra ellos; “pero aún permanecen libres y que desconocen los móviles de este asesinato irracional. Esto no basta, por eso he decidido quedarme aquí en plantón en esta plaza, delante de las ofrendas que han levantado por nuestros hijos, junto con todos aquellos que quieran acompañarme, y en una oración, hasta el miércoles 13 de abril, último plazo que le damos al gobierno de Marco Adame y a Felipe Calderón para que presenten ante la justicia a los asesinos de nuestros hijos”.
Expresó que los gobernantes deben entender que son nuestros representantes y que si son inútiles e ineficientes deben irse, sean del partido que sean y de la ideología que sean. Un gobierno, como nos los enseñó Gandhi, sólo existe porque lo aceptamos. Si les retiramos nuestro apoyo, ¿qué sería de él?”
Advirtió que si no presentan a los verdaderos responsables de la muerte de estos jóvenes convocarán a una marcha en el Distrito Federal para exigir la renuncia de Marco Antonio Adame y un alto a la absurda guerra de Calderón contra el narcotráfico. Afirmó que urge devolverle la dignidad a esta nación y combatir la violencia con educación, cultura, poesía y empleo.
Julio, amigo de Juan Francisco, compuso y cantó una canción en memoria de los jóvenes ahora muertos, lo que provocó el llanto de Sicilia, la madre del joven, Socorro, y sus compañeros que llevaban puesta una playera con el rostro de Juanelo, como lo llamaba su padre. Otro joven recitó un poema y una niña cantó y dijo que ojalá los ideales de Emiliano Zapata revivan en los corazones de los morelenses.
Al paso del contingente, varios jóvenes se tiraban al piso y pintaban su silueta en el pavimento para que quedaran plasmadas. Cientos de personas aplaudieron la marcha mientras los participantes recorrían las avenidas principales de esta ciudad. Durante el mitin también participaron los padres de los otros jóvenes asesinados en aquel multihomicidio: Luis, Julio, Gabriel y Jesús.
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