AMLO es la mejor opción
H. E. Cavazos Arózqueta
México y la izquierda rumbo al 2012
El pueblo mexicano y México en sí, llegarán a los comicios federales del próximo año deteriorados, saqueados, corrompidos, desangrándose, agonizantes y aterrados. Otra vez, para variar, la vida democrática está en juego. A menos de un año de las elecciones presidenciales de 2012, dentro del país se está librando una sangrienta, lamentable, absurda, mal planeada y peor ejecutada “guerra” entre las autoridades y el crimen organizado; esta trágica situación bélica ha tenido como resultado, hasta el momento, más de 50 mil muertos. Varios municipios se encuentran bajo un Estado de Sitio de facto: no hay libertad de tránsito a causa de que muchas carreteras son intransitables; no hay libertad de expresión: van más de 100 periodistas asesinados; hay lugares donde tienen toques de queda; tenemos pueblos sin autoridades policiales. Y claro, lejos de que México se encuentre bajo el imperio de la ley, aquí impera la impunidad, el mal gobierno, la deshonestidad, el embuste y el hurto. Nuestra nación no está erguida sobre valores humanitarios como justicia, fraternidad, paz, equidad, libertad, democracia, igualdad, tolerancia. No. El país quedó en manos de los poderes fácticos, de una oligarquía rapaz, ajena a los intereses populares, que ha llevado al Estado mexicano a preponderar los intereses particulares sobre los colectivos. Se rompió el Pacto Social. Urge un cambio. Y ante el posible debilitamiento de las instituciones electorales, organización.
A diario aumenta la pobreza, la marginación y la miseria. La ola de violencia viene arrasando con todo: instituciones, familias, ciudades, entidades federativas, vidas humanas. El pueblo vive sumido en el miedo, la dolencia, el sufrimiento. La gente ocupa su tiempo en contar centavos, buscar migajas, sobrevivir a la “guerra”. La educación se encuentra secuestrada por un sindicato liderado por uno de los personajes más siniestros de la clase política. Los mexicanos están decepcionados de sus gobernantes, de sus líderes, de tanta lucha perdida o robada. A resultas de esto último, la mayoría de quienes gozan de capacidad de ejercicio se han refugiado en valores promovidos por los modelos neoliberales, como la vanidad, la belleza, la sensualidad, el consumismo, el individualismo, la meritocracia, el morbo. Se preocupan más por lo que sucede en las vidas de las celebridades que en la de los pobres, los desposeídos, los marginales, que tanta ayuda necesitan. Lo que tiene México es un grave problema de apatía social, analfabetismo político, ignorancia e inconsciencia.
Por otro lado está el problema de los medios de comunicación masivos al servicio de los poderes fácticos, de la oligarquía. El duopolio televisivo, conformado por dos empresas dedicadas al embrutecimiento, la manipulación y la mentira, mantiene a la sociedad aletargada y desinformada. Y no sólo esto: la televisión, específicamente Televisa, ya tiene candidato para el 2012: el ex gobernador del estado de México, el priista Enrique Peña Nieto, precandidato a la Presidencia de la República, el más fuerte y popular de todos los demás políticos que aspiran a esta última; entre ellos Andrés Manuel López Obrador, Marcel Ebrard Casaubón, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Emilio González Márquez.
¿A qué se debe que el precandidato del PRI encabece todas las encuestas? Sencillo: a que el pueblo de México olvidó lo siguiente: los fraudes electorales; el inicio de la ‘dictadura perfecta’, de aquél presidencialismo que hacía que las monarquías y los imperios parecieran democracias; las masacres, como la del 2 de octubre, en la cual un presidente, por creer que un grupo de estudiantes quería derrocarlo, cuando lo único que estos jóvenes deseaban era mejorar las condiciones educativas y sociales del país, los mató a todos; la Guerra Sucia, no la panista que se llevaba a cabo en los medios de comunicación masivos mediantes calumnias o campañas de desprestigio. No. La Guerra Sucia del PRI fue a balazos, fue violenta, represora y atroz; ‘El Halconazo’, los desaparecidos. Los sangrientos años 70 en México; las Crisis económicas; ‘El Negro’ Durazo; El fraude electoral de 1988 y sus frutos: Carlos Salinas de Gortari, las privatizaciones, la consolidación de la oligarquía mexicana; Raúl Salinas; El Chupacabras, La Paca, entre otras mentiras absurdas; El asesinato de Luis Donaldo Colosio; el neoliberalismo; el TLC; la rebelión zapatista; la mentira de la transición democrática, de la incipiente democracia; el represor Ulises Ruiz y la muerte y el sufrimiento en Oaxaca; la opresión en San Salvador Atenco, las violaciones a mujeres, la violencia, los presos políticos; el saqueo, el peculado, el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito de Montiel. La mal habida fortuna del ladrón Arturo Montiel; los feminicidios, los secuestros, los robos de automóviles en Edomex; la complicidad, la protección de pederastas, el autoritarismo y la impunidad de Mario Marín; la deuda de Coahuila provocada por la incompetencia y la corrupción de Humberto Moreira, presidente del PRI; la inminente debacle de Nuevo León a resultas de la ineptitud de Medina; el autoritarismo reflejado en acusar de terrorismo a usuarios de Twitter en Veracruz, entidad gobernada por el también priista Javier Duarte.
No cabe duda de que el futuro de México está en peligro: por un lado la posibilidad de que el Partido Acción Nacional se perpetúe, por otros seis años, en el poder; luego de haber encabezado dos sexenios negligentes, en los cuales aumentaron el desempleo, la inseguridad, la pobreza, la inequidad; por el otro lado, la inminente amenaza que representa el retorno del Revolucionario Institucional a Los Pinos, por todos los antecedentes enumerados en el párrafo anterior. Consecuentemente, en mi opinión, en 2012 sólo habrá una opción que no represente la continuidad del PAN o el regreso del PRI: votar por cualquiera que sea el candidato del Partido de la Revolución Democrática, del Trabajo, de Movimiento Ciudadano y de Morena. Y es que quienes anulen su voto, por la amplia ventaja que llevaría, según las encuestas, el priista, terminarán favoreciendo a este último. Por lo que todos los que no deseen ni al blanquiazul ni al tricolor, deberán de ejercer su voto a favor del que postule el Sol Azteca.
Creo que en México se debe instaurar un Estado Benefactor que otorgue subsidios; que respete las políticas sindicales; que genere empleos; que practique políticas de bienestar social; que cree instituciones de seguridad social; que incremente el salario real; que sacrifique a las minorías económicas mediante altos impuestos; que lleve a cabo programas de desarrollo social; que brinde servicios públicos; que se ocupe del futuro de los jóvenes; que recupere, rescate, al sector agropecuario; que vele por los Derechos Humanos; que fomente valores humanitarios; que combata, sin tregua, a la corrupción; que sea transparente; que instaure la paz y la tranquilidad descompensando desigualdades dentro de la sociedad.
Y considero que Andrés Manuel López Obrador debe ser el candidato de izquierda en 2012. ¿Por qué? En relación con lo electoral, porque al día de hoy cuenta con más de 170 mil operadores; además, casi todos los resultados que han arrojado las encuestadoras de México demuestran que supera por el doble a su rival, Marcelo Ebrard, dentro de las preferencias de los izquierdistas. En cuanto a la ideología, AMLO ha demostrado ser congruente en su manera de actuar. Ha recorrido todos los municipios de la República, incluyendo los más miserables, y ha venido trabajando duro en el movimiento que encabeza, morena; se ha acercado a la clase empresarial, estudiantil y popular de México. Y no ha claudicado en su lucha pacífica por la dignidad y la democracia que emprendió en 2006. El ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, también ha demostrado ser una persona honrada y honesta. Como político, Andrés Manuel, ha logrado victorias importantísimas para la izquierda mexicana. Cuando fungió como Presidente Nacional del PRD, logró que el partido obtuviera los mayores logros electorales en el país de su historia, desde que se fundó, en 1989. Siempre se ha destacado como un incansable luchador social. Por último, López Obrador también demostró ser un excelente gobernante. En 2000 fue electo como Jefe de Gobierno del Distrito Federal; bajo su mandato, la Ciudad de México se convirtió en ejemplo a seguir en cuestiones de transparencia, austeridad republicana y democracia participativa. Asimismo, bajo el gobierno de AMLO, se cumplieron los compromisos hechos durante la campaña, se llevaron a cabo programas de desarrollo social sin precedentes, se mejoró el bienestar de los capitalinos, se rescató el Centro Histórico, se realizaron obras de infraestructura, se disminuyó la delincuencia y la corrupción. También, de 2001 a 2004, el Distrito Federal atrajo inversión extranjera como nunca lo había logrado en la historia; la iniciativa privada también llevó a cabo inversiones importantísimas. En cuanto a las construcciones, según datos del INEGI, el DF sólo participó con poco más del 20 por ciento. En resumen, Andrés Manuel López Obrador demostró ser un extraordinario gobernante. De hecho, como quien dice, “le dejó la mesa puesta” a su sucesor, Marcelo Ebrard, otro, en mi opinión, gran político virtuoso para gobernar.
Soy consciente de los defectos de AMLO: el eterno y desgastado discurso de la ‘Mafia del Poder’; que tenga de enemiga íntima a su boca, en algunas ocasiones; su escasa capacidad de autocrítica; errores cometidos en el pasado como llamarle chachalaca a Fox, no asistir al primer debate, el plantón de Reforma; que confronte más de lo que incluya; que su mensaje vaya destinado especialmente a su ‘voto duro’, cuando debería ser al revés; algunos lastres que carga: ciertos personajes de la clase política de cuyos nombres no quiero acordarme; su falta de trabajo en mejorar la imagen que se han hecho las clases medias de él mediante declaraciones, actos y silencios más pertinentes e incluyentes; escuchar más a sus consejeros. Sin embargo, del mismo modo confío en que todos estos errores se irán enmendando con el tiempo. Y, en el peor de los casos, de no ser así, seguiré apoyando a López Obrador. No porque lo considere un mesías; no; simplemente porque de todos los aspirantes a la Presidencia es en el que más confío. Creo en él. Yo sí veo en su persona y en el movimiento que encabeza el halo de esperanza que necesita un joven como yo para seguir luchando hasta lograr que la causa justa deje de ser la causa perdida y pase a ser la ganada. Considero necesaria la regeneración nacional, la transformación de México, la victoria de la lucha pacífica que libramos quienes luchamos con López Obrador. Porque México necesita un cambio; de no tenerlo, seguirá derrumbándose, poco a poco, como desde hace 70 años.
Pero a pesar de lo anteriormente declarado, en caso de que AMLO no resultase el candidato de las izquierdas en 2012, apoyaré a quien quiera que quede. La unidad de la izquierda será indispensable; dividida no tendría ninguna posibilidad de triunfar. Y lo más importante en estos días es impedir una ruptura. Hoy “chuchos”, “carnalistas”, “pejistas”, “cardenistas”, etc. deben dejar a un lado las tribus y ser simplemente perredistas. El PRD debe planteársele al electorado como un partido que sabe llegar a consensos, que es tolerante, unido y fuerte. Habrá quienes crean que Ebrard debe ser el candidato; habrá quienes consideren a Cárdenas el mejor; otros, como yo, verán en Andrés Manuel la mejor opción para ocupar la candidatura presidencial perredista el próximo año. Que gane el mejor, pero que gane limpio. Y a quien resulte ganador, debemos apoyarlo quienes deseemos lo mejor para nuestro país; por el bien de la izquierda, por el bien de México, por el bien de todos. A crear conciencia.
hecavazosa@gmail.com
México y la izquierda rumbo al 2012
El pueblo mexicano y México en sí, llegarán a los comicios federales del próximo año deteriorados, saqueados, corrompidos, desangrándose, agonizantes y aterrados. Otra vez, para variar, la vida democrática está en juego. A menos de un año de las elecciones presidenciales de 2012, dentro del país se está librando una sangrienta, lamentable, absurda, mal planeada y peor ejecutada “guerra” entre las autoridades y el crimen organizado; esta trágica situación bélica ha tenido como resultado, hasta el momento, más de 50 mil muertos. Varios municipios se encuentran bajo un Estado de Sitio de facto: no hay libertad de tránsito a causa de que muchas carreteras son intransitables; no hay libertad de expresión: van más de 100 periodistas asesinados; hay lugares donde tienen toques de queda; tenemos pueblos sin autoridades policiales. Y claro, lejos de que México se encuentre bajo el imperio de la ley, aquí impera la impunidad, el mal gobierno, la deshonestidad, el embuste y el hurto. Nuestra nación no está erguida sobre valores humanitarios como justicia, fraternidad, paz, equidad, libertad, democracia, igualdad, tolerancia. No. El país quedó en manos de los poderes fácticos, de una oligarquía rapaz, ajena a los intereses populares, que ha llevado al Estado mexicano a preponderar los intereses particulares sobre los colectivos. Se rompió el Pacto Social. Urge un cambio. Y ante el posible debilitamiento de las instituciones electorales, organización.
A diario aumenta la pobreza, la marginación y la miseria. La ola de violencia viene arrasando con todo: instituciones, familias, ciudades, entidades federativas, vidas humanas. El pueblo vive sumido en el miedo, la dolencia, el sufrimiento. La gente ocupa su tiempo en contar centavos, buscar migajas, sobrevivir a la “guerra”. La educación se encuentra secuestrada por un sindicato liderado por uno de los personajes más siniestros de la clase política. Los mexicanos están decepcionados de sus gobernantes, de sus líderes, de tanta lucha perdida o robada. A resultas de esto último, la mayoría de quienes gozan de capacidad de ejercicio se han refugiado en valores promovidos por los modelos neoliberales, como la vanidad, la belleza, la sensualidad, el consumismo, el individualismo, la meritocracia, el morbo. Se preocupan más por lo que sucede en las vidas de las celebridades que en la de los pobres, los desposeídos, los marginales, que tanta ayuda necesitan. Lo que tiene México es un grave problema de apatía social, analfabetismo político, ignorancia e inconsciencia.
Por otro lado está el problema de los medios de comunicación masivos al servicio de los poderes fácticos, de la oligarquía. El duopolio televisivo, conformado por dos empresas dedicadas al embrutecimiento, la manipulación y la mentira, mantiene a la sociedad aletargada y desinformada. Y no sólo esto: la televisión, específicamente Televisa, ya tiene candidato para el 2012: el ex gobernador del estado de México, el priista Enrique Peña Nieto, precandidato a la Presidencia de la República, el más fuerte y popular de todos los demás políticos que aspiran a esta última; entre ellos Andrés Manuel López Obrador, Marcel Ebrard Casaubón, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Emilio González Márquez.
¿A qué se debe que el precandidato del PRI encabece todas las encuestas? Sencillo: a que el pueblo de México olvidó lo siguiente: los fraudes electorales; el inicio de la ‘dictadura perfecta’, de aquél presidencialismo que hacía que las monarquías y los imperios parecieran democracias; las masacres, como la del 2 de octubre, en la cual un presidente, por creer que un grupo de estudiantes quería derrocarlo, cuando lo único que estos jóvenes deseaban era mejorar las condiciones educativas y sociales del país, los mató a todos; la Guerra Sucia, no la panista que se llevaba a cabo en los medios de comunicación masivos mediantes calumnias o campañas de desprestigio. No. La Guerra Sucia del PRI fue a balazos, fue violenta, represora y atroz; ‘El Halconazo’, los desaparecidos. Los sangrientos años 70 en México; las Crisis económicas; ‘El Negro’ Durazo; El fraude electoral de 1988 y sus frutos: Carlos Salinas de Gortari, las privatizaciones, la consolidación de la oligarquía mexicana; Raúl Salinas; El Chupacabras, La Paca, entre otras mentiras absurdas; El asesinato de Luis Donaldo Colosio; el neoliberalismo; el TLC; la rebelión zapatista; la mentira de la transición democrática, de la incipiente democracia; el represor Ulises Ruiz y la muerte y el sufrimiento en Oaxaca; la opresión en San Salvador Atenco, las violaciones a mujeres, la violencia, los presos políticos; el saqueo, el peculado, el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito de Montiel. La mal habida fortuna del ladrón Arturo Montiel; los feminicidios, los secuestros, los robos de automóviles en Edomex; la complicidad, la protección de pederastas, el autoritarismo y la impunidad de Mario Marín; la deuda de Coahuila provocada por la incompetencia y la corrupción de Humberto Moreira, presidente del PRI; la inminente debacle de Nuevo León a resultas de la ineptitud de Medina; el autoritarismo reflejado en acusar de terrorismo a usuarios de Twitter en Veracruz, entidad gobernada por el también priista Javier Duarte.
No cabe duda de que el futuro de México está en peligro: por un lado la posibilidad de que el Partido Acción Nacional se perpetúe, por otros seis años, en el poder; luego de haber encabezado dos sexenios negligentes, en los cuales aumentaron el desempleo, la inseguridad, la pobreza, la inequidad; por el otro lado, la inminente amenaza que representa el retorno del Revolucionario Institucional a Los Pinos, por todos los antecedentes enumerados en el párrafo anterior. Consecuentemente, en mi opinión, en 2012 sólo habrá una opción que no represente la continuidad del PAN o el regreso del PRI: votar por cualquiera que sea el candidato del Partido de la Revolución Democrática, del Trabajo, de Movimiento Ciudadano y de Morena. Y es que quienes anulen su voto, por la amplia ventaja que llevaría, según las encuestas, el priista, terminarán favoreciendo a este último. Por lo que todos los que no deseen ni al blanquiazul ni al tricolor, deberán de ejercer su voto a favor del que postule el Sol Azteca.
Creo que en México se debe instaurar un Estado Benefactor que otorgue subsidios; que respete las políticas sindicales; que genere empleos; que practique políticas de bienestar social; que cree instituciones de seguridad social; que incremente el salario real; que sacrifique a las minorías económicas mediante altos impuestos; que lleve a cabo programas de desarrollo social; que brinde servicios públicos; que se ocupe del futuro de los jóvenes; que recupere, rescate, al sector agropecuario; que vele por los Derechos Humanos; que fomente valores humanitarios; que combata, sin tregua, a la corrupción; que sea transparente; que instaure la paz y la tranquilidad descompensando desigualdades dentro de la sociedad.
Y considero que Andrés Manuel López Obrador debe ser el candidato de izquierda en 2012. ¿Por qué? En relación con lo electoral, porque al día de hoy cuenta con más de 170 mil operadores; además, casi todos los resultados que han arrojado las encuestadoras de México demuestran que supera por el doble a su rival, Marcelo Ebrard, dentro de las preferencias de los izquierdistas. En cuanto a la ideología, AMLO ha demostrado ser congruente en su manera de actuar. Ha recorrido todos los municipios de la República, incluyendo los más miserables, y ha venido trabajando duro en el movimiento que encabeza, morena; se ha acercado a la clase empresarial, estudiantil y popular de México. Y no ha claudicado en su lucha pacífica por la dignidad y la democracia que emprendió en 2006. El ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal, también ha demostrado ser una persona honrada y honesta. Como político, Andrés Manuel, ha logrado victorias importantísimas para la izquierda mexicana. Cuando fungió como Presidente Nacional del PRD, logró que el partido obtuviera los mayores logros electorales en el país de su historia, desde que se fundó, en 1989. Siempre se ha destacado como un incansable luchador social. Por último, López Obrador también demostró ser un excelente gobernante. En 2000 fue electo como Jefe de Gobierno del Distrito Federal; bajo su mandato, la Ciudad de México se convirtió en ejemplo a seguir en cuestiones de transparencia, austeridad republicana y democracia participativa. Asimismo, bajo el gobierno de AMLO, se cumplieron los compromisos hechos durante la campaña, se llevaron a cabo programas de desarrollo social sin precedentes, se mejoró el bienestar de los capitalinos, se rescató el Centro Histórico, se realizaron obras de infraestructura, se disminuyó la delincuencia y la corrupción. También, de 2001 a 2004, el Distrito Federal atrajo inversión extranjera como nunca lo había logrado en la historia; la iniciativa privada también llevó a cabo inversiones importantísimas. En cuanto a las construcciones, según datos del INEGI, el DF sólo participó con poco más del 20 por ciento. En resumen, Andrés Manuel López Obrador demostró ser un extraordinario gobernante. De hecho, como quien dice, “le dejó la mesa puesta” a su sucesor, Marcelo Ebrard, otro, en mi opinión, gran político virtuoso para gobernar.
Soy consciente de los defectos de AMLO: el eterno y desgastado discurso de la ‘Mafia del Poder’; que tenga de enemiga íntima a su boca, en algunas ocasiones; su escasa capacidad de autocrítica; errores cometidos en el pasado como llamarle chachalaca a Fox, no asistir al primer debate, el plantón de Reforma; que confronte más de lo que incluya; que su mensaje vaya destinado especialmente a su ‘voto duro’, cuando debería ser al revés; algunos lastres que carga: ciertos personajes de la clase política de cuyos nombres no quiero acordarme; su falta de trabajo en mejorar la imagen que se han hecho las clases medias de él mediante declaraciones, actos y silencios más pertinentes e incluyentes; escuchar más a sus consejeros. Sin embargo, del mismo modo confío en que todos estos errores se irán enmendando con el tiempo. Y, en el peor de los casos, de no ser así, seguiré apoyando a López Obrador. No porque lo considere un mesías; no; simplemente porque de todos los aspirantes a la Presidencia es en el que más confío. Creo en él. Yo sí veo en su persona y en el movimiento que encabeza el halo de esperanza que necesita un joven como yo para seguir luchando hasta lograr que la causa justa deje de ser la causa perdida y pase a ser la ganada. Considero necesaria la regeneración nacional, la transformación de México, la victoria de la lucha pacífica que libramos quienes luchamos con López Obrador. Porque México necesita un cambio; de no tenerlo, seguirá derrumbándose, poco a poco, como desde hace 70 años.
Pero a pesar de lo anteriormente declarado, en caso de que AMLO no resultase el candidato de las izquierdas en 2012, apoyaré a quien quiera que quede. La unidad de la izquierda será indispensable; dividida no tendría ninguna posibilidad de triunfar. Y lo más importante en estos días es impedir una ruptura. Hoy “chuchos”, “carnalistas”, “pejistas”, “cardenistas”, etc. deben dejar a un lado las tribus y ser simplemente perredistas. El PRD debe planteársele al electorado como un partido que sabe llegar a consensos, que es tolerante, unido y fuerte. Habrá quienes crean que Ebrard debe ser el candidato; habrá quienes consideren a Cárdenas el mejor; otros, como yo, verán en Andrés Manuel la mejor opción para ocupar la candidatura presidencial perredista el próximo año. Que gane el mejor, pero que gane limpio. Y a quien resulte ganador, debemos apoyarlo quienes deseemos lo mejor para nuestro país; por el bien de la izquierda, por el bien de México, por el bien de todos. A crear conciencia.
hecavazosa@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario